viernes, 26 de octubre de 2018

NO ENTIENDO


NO ENTIENDO


Malú Kikuchi  (26/10/2018)

Perdón, voy a ser referencial. Los hechos me superan y simplemente, no entiendo. Me refiero a la caótica situación que se vivió dentro y fuera del congreso de la nación, hace dos días, cuando en diputados se intentaba votar el presupuesto para el 2019. Las circunstancias fueron demenciales.

Se sabía, estaba anunciado que habría incidentes provocados para evitar el quorum y si no se podía, generar el caos suficiente en el exterior para que interviniera la policía, de ser posible que muriera alguien, suena horrible, pero era una de las propuestas, y que no se pudiera sesionar.


Se sabía, bastaba leer los tuits de Leopoldo Moreau, una vergüenza nacional, para saber lo que iba a suceder. Lo incitaba, daba instrucciones sobre lo que se debía hacer. Dentro de la cámara, insultó a un pariente de Nicolás Massot, jefe del bloque del PRO. Casi llegan a las manos.

En internet apareció un libelo, un prospecto, un manual, no sé cómo llamarlo, dando precisas instrucciones sobre el caos que se debía producir y los actos de violencia que se debían cometer para que no sesionara la cámara.  Bastaba leer tuits, abrir internet y conocer a parte de la oposición.

Si lo sabíamos los ciudadanos de a pie, los que no tenemos servicios de inteligencia a nuestra disposición, ¿cómo no lo sabía el gobierno de la ciudad? ¿Cómo no le pidió el gobierno nacional al jefe de CABA que tomara las medidas pertinentes para que nada de lo que sucedió, sucediera? No entiendo. Pago altos impuestos y no entiendo.

Los impuestos que le pago a CABA, implícitamente incluyen la seguridad de los lugares públicos. ¿Qué ordenes recibe la policía dentro de la ciudad? Después de dejar la Plaza de los dos Congresos impecable, muy linda, el partido de los violentos destruyó todo lo que pudo en diciembre, para evitar otra ley. Nos costó a los porteños $38 millones arreglar los destrozos. Pagamos dos veces. Ahora deberemos pagar por tercera vez.

Las vallas para proteger, no sólo el congreso, también debían proteger la Plaza, se colocaron tarde, cuando el campamento de los violentos ya estaba instalado desde la noche anterior. Si la policía ve llegar gente con mazas, tumberas, palos, bombas molotov, hasta morteros, o simplemente piedras, ¿cómo y por qué no los detiene?
¿Tenían ordenes de reprimir después del ataque? ¿No debían prevenirlos? Diputados nacionales (Larroque) trataron de impedir el paso de un carro hidrante. Dentro de la cámara, se clonaba el afuera.

Detuvieron, después de los destrozos, que fueron muchos, a 27 personas. Ya están libres. Entre ellas dos venezolanos, un turco y un paraguayo. Al parecer Macri, Frigerio y Patricia Bullrich aseguran que serán deportados. Espero que no se quede en buenas intenciones y los saquen del país.

Si cada vez que el poder legislativo trate un proyecto de ley que no le guste al partido de los violentos, ¿vamos a tener que soportar estos desmanes y luego pagar por las roturas? Algo está funcionando muy mal. La ciudad permite piquetes que impiden el tránsito normal de la gente que necesita trabajar, entre otras cosas, para pagarle los impuestos a la ciudad y pagar los incomprensibles planes “no trabajar” de los piqueteros.

¿Cómo no puede la ciudad impedir que corten calles, avenidas, puentes y le hagan la vida imposible a los que mantenemos todo este circo? No entiendo. Ni en Miami ni en la Habana, menos en la plaza Tienanmen, se puede cortar el libre tránsito. Acá, sí. (En Caracas, tampoco)
Esto no es libertad, esto es libertinaje. Y el libertinaje termina siempre  en una dictadura que viene a traer “paz y tranquilidad”. El miedo a los fantasmas de Kosteki y Santillán, que parecen flotar sobre la ciudad, no puede paralizar la obligación de los funcionarios de “promover la paz”.

El 14/11 se tratará el proyecto del presupuesto 2019 en el senado. Faltan 19 días. Tiempo suficiente para que desde la ciudad lean los tuits de los violentos, lean los manuales revolucionarios en internet, expriman a los servicios de inteligencia y se preparen para que no nos destrocen, una vez más, la Plaza de los dos Congresos. Dejen de generarnos esta sensación de abandono, de impotencia y de bronca.

No son sentimientos esperanzadores para encarar un año electoral.  Y sigo sin entender, estamos por cumplir 35 años de ¿democracia? Yo creía que en democracia se disentía, se hablaba, se acordaba, se sumaban ideas y se llegaba a una idea mejor. Parece que la violencia es la que gana.

PD: Presentes en la cámara, 250 diputados, 138 votaron el presupuesto 2019, 103 en contra, 8 se abstuvieron.

viernes, 19 de octubre de 2018


CHANTAJE

Malú Kikuchi  (19/10/2018)

El fiscal Sebastián Scalera, a partir de una denuncia hecha por Pablo “el Bebote” Álvarez, jefe de la barra brava del Club Atlético de Independiente, hoy preso, acusó a Pablo Moyano, hijo de Hugo y secretario adjunto del sindicato de camioneros, de asociación ilícita y lavado de dinero.

El fiscal le pidió al juez Luis Carzoglio que dictara la detención preventiva de Pablo Moyano, estando este en un congreso en Singapur. La reacción del gremio y del secretario del mismo, o sea del padre de Pablo, Hugo Moyano, fue inmediata. Si detienen a Pablo, paro general a la justicia.

Los Moyano, Hugo y Pablo, pueden decretar un paro de camioneros, no un paro general, pero los secretarios de los demás gremios no abrieron la boca. La CGT tampoco. Se sabe que camioneros acá, y en todas partes del mundo, pueden paralizar un país, bloqueando rutas y desabasteciéndolo.

Como Chile en octubre de 1972 (el principio de la caída de Salvador Allende), o Francia en enero del 2000, o España en junio 2008. Los ejemplos son muchos. Pero patotear de esta manera al poder judicial de una nación, es inédito, sólo en la Argentina pueden suceder estas cosas.

Macri contestó: “Nadie se puede creer por encima de la ley, ni prepotear a los demás”. Sentimos disentir, los Moyano  pueden. Y lo hacen. Conocen su poder y lo validan. También conocen sus apoyos, por miedo o simpatía, la ex enemiga CFK, fuerte en la provincia de Buenos Aires y ¡oh sorpresa!, la Iglesia.

Hay un viejo proverbio que dice que el enemigo de mi enemigo, es mi amigo. Parece ser cierto. Desgraciadamente. Por ahora, el juez Carzoglio falló en contra de la prisión preventiva ya que, según él, las pruebas eran insuficientes. Hizo una conferencia de prensa, también inédita, y contó.

El miércoles de mañana, a las 11 y 10 y a las 11 y 20, su mujer atendió el teléfono y fueron amenazados de muerte ella y el marido con respecto al tema Moyano. Aclaró que a él no lo iban a apretar con “carpetazos”, que eso era una maniobra del Procurador General de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, o sea del Dr. Julio Conte-Grand.

Los Moyano alegan persecución política. El fiscal dice que va a pedir el apartamiento del juez porque no es imparcial. En noviembre un jurado verá si juzga o no al juez que rechazó la prisión preventiva de Pablo Moyano.  Sin conocer el expediente, sin tener constancia de las pruebas, no se puede opinar. Sería tan injusto como liberar a un delincuente o condenar a un inocente. Pero tampoco se puede amenazar con impunidad.

Más allá del omnímodo poder de los sindicatos en la Argentina (chicos sin clases porque lo decide un sindicato, o sea chicos sin futuro, porque lo decide un sindicato), ¿cómo es que se puede elegir un presidente de la nación por 4 años y si lo hizo bien por otros 4, y ya. Un sindicalista puede dirigir su gremio de por vida. Se hacen elegir una y otra y otra vez.

Algo huele muy mal en la Argentina. Es una salvajada amenazar a uno de los tres poderes que forman el gobierno de la nación. Un gobierno elegido en democracia, legal y legítimo, con el cual se puede estar o no de acuerdo, lo que no se puede es amenazarlo en ninguno de sus poderes.

La pregunta válida es: ¿la Justicia podrá contra el camión o el camión embestirá a la Justicia? De la respuesta depende la salud de la República.


viernes, 12 de octubre de 2018


LAS BATALLAS DE LILITA

Malú Kikuchi  (12/10/2018)

¡Qué difícil es separar la paja del trigo! Mucho más si se trata de tiempos en los que la posverdad, hace que el subjetivismo le gana al objetivismo. Tratando de respetar los hechos, recurrir a la historia reciente, al 2015 en el que Lilita decidió apoyar a Macri desde la CC ARI y nació Cambiemos.

Ante el abismo que representaban las candidaturas del FPV, Lilita dejó de lado el: “mi límite es Macri” y se puso la campaña electoral al hombro. No sin antes llegar a mínimos, pero importantísimos acuerdos sobre terminar con la corrupción y la impunidad y trabajar por el renacer de la República.

Quizás los tiempos de Lilita, cercanos a los de la gente, sean más “apresurados” que los del ejecutivo, porque desde el principio, Lilita tuvo serios roces con el Presidente y entabló batallas, algunas largas, otras cortas, algunas ganadas a medias y otras esperando que se resuelvan.

Para Lilita no es fácil formar parte del partido gobernante, estaría más cómoda siendo oposición. Al comienzo fue más fácil, Ricardo Lorenzetti, Presidente de la Corte, fue su primer blanco. El Ejecutivo no entraba en esta puja, no tenía nada que hacer frente al poder judicial.

Hoy, Lorenzetti, aún juez de la Corte, ya es problema del Dr. Carlos Rosenkrantz, reciente presidente de la Corte. Una batalla de Lilita, ganada por las circunstancias. Luego apareció Daniel Angelici en la mira de Carrió.  No como presidente de Boca, sino como “operador” de Macri ante el poder judicial. Angelici es amigo de Macri y abogado.

A un abogado no se le puede prohibir visitar Comodoro Py. ¿Es o no es el operador de Macri ante la justicia? Esta batalla tiene final abierto. Luego vino la defensa de Gómez Centurión, ex Director de la Aduana, acusado falsamente de ser corrupto. Lilita luchó por su honestidad y ganó.

Siguió el ataque al ex juez Norberto Oyarbide. Ante la posibilidad de un juicio político, que predicaba Lilita, se le aceptó la renuncia. Una victoria con sabor amargo, el ex juez cobra su jubilación, y evitó el baldón de ser echado. El juicio político hubiera sido más correcto. También más largo.

Siguieron Gustavo Arribas, Director de la *AFI, fue denunciado por un presunto giro de dinero,  hecho por Odebrecht. Lilita pidió que la justicia lo investigara. También disparó sobre Silvia Majdalani, la 2ª de Arribas. Siguen en sus puestos. Por ahora, batalla perdida.

Gils Carbó, la ex procuradora general de la Nación muy K, también evitó el juicio político que quería Carrió y renunció a tiempo. El camino de la ley es largo, tedioso y da trabajo, pero es el que corresponde. Más la gente quiere resultados rápidos. Es triste, otra batalla ganada a medias.

Y siguió la batalla por las tarifas enfrentando otra vez al ejecutivo. Se subieron a pesar de Lilita y era inevitable que eso sucediera. Ahora es  la hora de Germán Garabano, ministro de justicia de la nación. Tuvo la poco feliz idea de decir por radio que no le gustan los ex presidentes presos.

Lilita atacó con furia contra el ejecutivo, lo acusó de proteger la corrupción, amenazó con irse de Cambiemos (que sería el equivalente a dinamitarlo) y llegó a decir que: “he perdido la confianza en el Presidente”. Palabras difíciles de remontar. Después dijo que no se iba de Cambiemos. Pero acusar a Garabano por decir tonterías, es tonto.

Garabano debe renunciar o ser echado por Macri por haber contratado el 18/5/2018 como asesora del su ministerio a María del Carmen Falbo, la ex procuradora de la provincia de Buenos Aires, el clon de Gils Carbó. Eso sí que es reprobable, es casi un delito. Lo de la prisión preventiva de los ex presidentes, Lilita sabe que depende del senado y éste ya decidió que NO.

En cuanto a la corrupción, por lo menos del gobierno anterior, están presos, Boudou, De Vido, Jaime, Schiavi, López y más. En capilla casi todos los nombrados en los cuadernos de Centeno, funcionarios y empresarios. Siendo objetivos, nunca en la historia democrática del país sucedió esto.


Lilita Carrió es el *Catón el Censor que necesita la República. Sus batallas por lo general, son las batallas de la gente. Pero al César lo que es del César. El poder judicial está activo, se despertó de su largo sueño K. Quizás necesitamos creer que es cierto, que el gobierno está intentando dar su titánica batalla contra los paradigmas argentinos de los últimos eternos 70 años. Eso es difícil, lento y doloroso. Y con muchas batallas por delante.


*AFI: Agencia Federal de Inteligencia.  *Catón el Censor: político romano, Censor de la República 234-149 a.C

  




viernes, 5 de octubre de 2018

Uttimatum


ULTIMATUM

Malú Kikuchi  (4/10/2018)

¿Qué es Cambiemos? La definición más ortodoxa la calificaría de “formación política”, integrada por la Propuesta Republicana (PRO), la Coalición Cívica (CC) ARI, la Unión Cívica Radical (UCR), el Partido Demócrata Progresista (PDP) y otras asociaciones políticas. Era el 2015.

La Dra. Elisa Carrió, Lilita, se puso al hombro la conformación de Cambiemos. Se olvidó del “Macri es mi límite” y, suponemos que ante el horror de las fórmulas de los K, decidió ayudar a armar algo que pudiera enfrentarse al abismo. Seguro que costó, pero se pudo. Cambiemos ganó.

 Los que votamos a Cambiemos, lo hicimos esperando el cambio prometido. Al asumir, la situación era desesperante; el gradualismo le ganó al sentido común, o la sensibilidad social le ganó a la ortodoxia económica. El resultado fue malo. La ayuda del FMI, nos mantiene a flote.
Esta semana, a flote. Pero hay algunos aspectos muy importantes, que sí, cambiaron. Entre ellos parte del poder judicial. Algunos fiscales investigaron de verdad al gobierno anterior; un juez, Bonadío y un poco algunos más, toman medidas serias sobre la corrupción de los K.

La aparición de los cuadernos de las coimas (Oscar Centeno), seguidos de las cataratas de empresarios y funcionarios arrepentidos, hicieron el resto. Bonadío pidió el desafuero de CFK al senado, Picetto lo negó. Y él es que dirige el nutrido grupo de senadores PJ, que sumados a los de CFK, impiden el desafuero. Recordemos que Menem, condenado, es senador.
En este ambiente enrarecido, el ministro de Justicia Germán Garavano, se expresó de manera muy inconveniente. “No es bueno el desafuero y la detención de un ex presidente, siendo que se puede dar explicaciones en el marco de un juicio oral”. Garavano interviene en el poder legislativo.

Puede que los periodistas (¡cuando no!) lo sacaran de contexto, pero aun así, fue la intervención del poder judicial en otro poder. No debe, no puede. Lilita, nuestro *Catón, siempre se necesita un Catón,  amenaza con pedir juicio político al ministro, y le manda un ultimátum al presidente.

Dijo: “La República está sumamente herida por un sector del gobierno que por conveniencia política no desea verdad, justicia y condena”. “…necesidad de que Cambiemos cambie o no cambiará la historia”. “Una de las condiciones que construyó Cambiemos fue el fin de la corrupción y la impunidad para siempre”. “Si el Presidente no revisa todas estas cuestiones, quizás me pierda como su aliada en Cambiemos”. ¿Amenaza?

Lilita ayudó y mucho, a formar Cambiemos; Lilita puede dinamitar Cambiemos. El problema es serio. Grave. ¿Garavano habló por su cuenta o en nombre del gobierno? ¿Es cierto que a Macri no le conviene que CFK esté presa en un año electoral? Lenín decía que para conseguir adeptos había que generar mártires, Durán Barba debe haber leído a Lenín. CFK  presa, es una mártir para sus seguidores.

Por otro lado, ¿puede, debe una diputada famosa amenazar al Presidente? La pregunta es para la ciudadanía. Y hoy, justo hoy, se declara la causa del ex Presidente Menem, perimida, 23 años exceden el tiempo legal de la condena. El senado tiene ahora sólo un problema con los fueros.

Los pretextos del senador Picetto se achican. Ya no tiene dos ex presidentes requeridos por la justicia, le queda sólo una. ¿Qué hará el senado con el pedido de desafuero a CFK? Si el senado lo rechaza sin la bendición del PRO, Lilita no podrá objetar. ¿O sí? El tiempo dirá.

Para el diccionario, “ultimátum” es: decisión definitiva que suele ir acompañada de una amenaza en la que una persona le da un plazo a otra persona para que haga o deje de hacer algo. Se usaba en diplomacia, aunque es poco diplomático y aparece en el DRAE recién en 1834.

Utilizado por regla general en situaciones bélicas, gracias a Lilita, ahora se incorpora a la vida política democrática, esperemos que no como algo normal. Y en cuanto a Garavano, creemos que las imprudencias a nivel ministerial deben pagarse con el cargo. No sólo Lilita, los ciudadanos de a pie quieren “juicio, castigo y DEVOLUCIÓN”. Macri, ¿querrá escuchar?

*Caton: Marco Poncio Catón, político y  militar romano, ocupó el cargo de “Censor” de la República, 234-149 a.C