jueves, 21 de noviembre de 2019

¿QUÉ HARÁ ALBERTO F. AISLADO GEOPOLÍTICAMENTE?


¿QUÉ HARÁ ALBERTO F. AISLADO GEOPOLÍTICMENTE?

Malú Kikuchi  (22/11/2019)


El Foro de San Pablo, a mediados de este año decidió actuar para revitalizar su posición ideológica. El foquismo, descrito por el Che Guevara como una estrategia de expansión revolucionaria a través de pequeños “focos”, fue el sistema elegido. Desde Cuba y Venezuela, hacia el sur.

Estallaron focos en Perú, en Ecuador, en Chile, ahora en Colombia. El tema de Bolivia es distinto, aunque obedece a las mismas reglas. Sólo que Morales desconoció su propia Constitución, ignoró el resultado negativo del plebiscito, cometió fraude y no fue capaz de preparar un sucesor.

Los estallidos fueron todos contra gobiernos de centro derecha. Y en Bolivia, el MAS, partido de Evo, no tiene candidatos para las próximas elecciones. Pero si revisamos la historia, veremos que a la larga el centro siempre gana. El pueblo no puede vivir en constante revolución.

Vizcarra en Perú ya se estabilizó, Lenín Moreno lo hizo en Ecuador; la lógica dice que Piñera lo hará en Chile y Duque en Colombia. También dice que salvo imponderables, Luis Lacalle Pou se impondrá en el Uruguay. Bolsonaro preside Brasil y Abdo a Paraguay.  ¿Qué hará Alberto F?

Se desconoce. Pero los pasos dados hasta ahora marcan una dirección muy clara, la política exterior argentina será la misma que la de Cristina F. Qu fue lamentable (recordar el pacto con Irán). Desde el comienzo ofendió a Trump, que dejando de lado al personaje, hoy es el presidente del país más importante del planeta.

No es inteligente ofender al dueño de la pelota. Nadie habla de relaciones carnales, simplemente tener la cordialidad de la buena educación con alguien a quien necesitamos para renegociar con el FMI. Luego ofendió a Bolsonaro visitando a Lula en la cárcel y Brasil es nuestro mejor socio.

Empezamos mal. Quiere salir del Grupo de Lima y nos trae al Grupo de Puebla. Quiere desconocer a Guaidó como presidente interino de Venezuela y reforzar lazos con Maduro. Desconocer que Hezbollah es un grupo terrorista. Al izar la bandera del aborto asustó al Papa Francisco.

Y conste que la Iglesia colaboró y mucho para que ganara Alberto F. Las preferencias políticas del Papa son conocidas por todos.  Está muy bien con López Obrador, presidente de México, que para disminuir la terrible  inseguridad en su país, dicen que pacta una especie de paz con los narcos.

Fue al Uruguay a saludar a Tabaré Vázquez y a su delfín, Daniel Martínez (Frente Amplio), que probablemente perderá las elecciones del 24/11. Antes de eso había visitado a Mugica y después lo invitó a Buenos Aires. Hasta ahora pareciera que no acierta con lo que vendrá o que piensa mal.

Desconocemos los integrantes del próximo gabinete. Fue llamativo el hecho de ver a un presidente electo ir al domicilio de su vice para discutir a quienes se nombrará. Aunque la vice haya elegido a su candidato a presidente y la mayoría de votos le pertenezcan. El presidente es Alberto.

¿Bastará con el título? Alberto tiene fama de inteligente, pero nunca ha sido un líder. ¿Eso se aprende o se nace? Dicen que Cristina lo eligió porque era “moderado”. Cuando le molesta la pregunta de un periodista (le sucede con frecuencia), pierde la moderación. Dicen que AF no piensa como Cristina, muchos años la criticó. Ahora que le debe la presidencia,  ¿se mimetizará con ella o simplemente obedecerá? ¿O se liberará?

¿Cuál será la autonomía de Alberto para gobernar? ¿Mecha corta o mecha larga? ¿Habrá que esperar año y medio para asistir a una “remake” de cuando Cristina refiriéndose a Duhalde, sin nombrarlo, habló del “padrino” pero el del libro de Mario Puzo? El peronismo no puede tener 2 cabezas. Eva Perón era la primera fanática de Perón. No competía.

¿Existirá una traición en el futuro? ¿Será capaz Alberto F. de tomar las riendas del gobierno y poner a la vice presidente en el lugar de presidente del senado? Y si no lo hace, ¿cuál será el destino de la Argentina?  Sin conocer los nombres de los futuros ministros, secretarios, directores de bancos públicos y otros organismos nacionales, es difícil siquiera suponer.

Lo que ya se sabe es que ayer, jueves 21/11, en la maratónica sesión de diputados que votaba leyes como en una línea de ensamblaje, el oficialismo, todavía Cambiemos, no consiguió quorum para votar el proyecto de “ficha limpia”, que prohíbe a los condenados por delitos de corrupción presentarse a elecciones. El Frente de Todos no bajó al recinto.

Eso sí era de esperarse. El resto es una incógnita. Empezando por el aislamiento geopolítico de la Argentina. Por si acaso recurrimos a Juan José Castelli cuando decía, “si ven al futuro, díganle que no venga”.

jueves, 14 de noviembre de 2019

ALBERTO F.HABLA MUCHO



ALBERTO F. HABLA MUCHO

Malú Kikuchi  (15/11/2019)


No es bueno que un presidente electo no hable con la prensa o con organizaciones de cualquier tipo, pero tampoco es bueno que hable demasiado. El que habla mucho termina diciendo lo que no quiere o lo que no debe decir. O dice una cosa el lunes y la desmiente el viernes.

Alberto F. necesita con urgencia un vocero, cuestión de preservarse un poco. Si sigue hablando tanto, va a llegar al 10/12 con la credibilidad esmerilada. Ya tiene que enfrentar una situación más que difícil en lo económico y dentro de su frente interno.

Sumarle a todo esto el hecho de decir con respecto a la deuda con el FMI, “vamos a pagar a la uruguaya” (Uruguay 2003, sin quita de intereses ni de capital, alargando plazos de pago de acuerdo con el acreedor), y ahora dice que la Argentina no puede pagar su deuda de ninguna manera.

Fue a Portugal y admiró su impactante renacimiento económico. Un país que salió de una situación francamente desastrosa y hoy es un ejemplo de cuentas ordenadas, bajo desempleo y con pobreza acotada. Es el país más barato de Europa y  un destino turístico muy buscado.

Pero Alberto F. olvidó decir que Portugal sufrió un ajuste feroz, que achicó su administración pública y bajó los sueldos que dependían del estado en un 23%, desde barrenderos a profesores universitarios. Nueve años después volvió a subir ese 23%, obviamente sin pagar a retroactividad.

En la Argentina de hoy, ninguna de estas medidas son viables . ¿Entonces para qué hablar del modelo portugués? ¿Para qué meterse sin cesar en los países extranjeros a favor o en contra? Se sabe que “los países no tienen amigos, tienen intereses”. ¿Alberto F tiene en cuenta este “detalle”?

Pelearse con el presidente Trump está fuera de lugar. Juzgarlo públicamente como atrasando a EEUU por apoyar la renuncia de Evo Morales, está fuera de lugar. Y torearlo a Bolsonaro visitando a Lula e invitándolo a su asunción presidencial, es un error. Un gravísimo error.

El presidente Bolsonaro puede no gustar, molestar, insultar, de hecho él lo hace con Alberto F., pero Brasil, país que preside , nos es imprescindible. Es nuestro socio mayor, con o sin Bolsonaro. Lo seguirá siendo cuando el presidente brasileño deje de serlo.

En cuanto a Bolivia, debería ser suficiente el fallo de la OEA, que a través de su secretario general Luis Almagro (después de recibir el informe de 40 peritos), declaró que Evo Morales había dado un auto golpe a través de un indiscutible fraude electoral. Pero las ideologías pudieron más y para Alberto F. fue un golpe.

Lo mismo con el Uruguay. La simpatía hacia Pepe Mugica se comprende, que lo traiga a la Argentina, se comprende. Que vaya a visitar como presidente electo a Tabaré Váquez, que ya está abandonando la presidencia de la ROU, se comprende. Que se vea con Martínez, bien.

Daniel Martínez, intendente de Montevideo, candidato por el Frene Amplio, ganó las elecciones, va a balotaje contra Luis Lacalle Pou del partido Nacional. El 24/11, de acuerdo a las encuestas (¿serán creíbles?), ganaría Lacalle Pou, que Alberto F. no visitó. La ROU también es socia.

Un presidente, Alberto F. al ser electo ya lo es, no puede, no debe dejar que sus simpatías personales o su ideología, o la ideología que le imponen sus laderos dueños de los votos, lo desvíen de su trabajo como líder de un país. No puede, no debe dejar de lado los intereses de la Argentina.

Hasta ahora es lo que viene haciendo. Y es bueno recordar que Perón decía que “la política es la política exterior, lo demás es sólo administración”. ¿Cómo explicar si el Frente de Todos es peronista, la necesidad por recrear el polo ideológico chavista en América del Sur?

Si Piñera consiguiera estabilizar a Chile y erradicar el foquismo enviado desde Cuba/Venezuela, si Bolivia estableciera elecciones transparentes y justas (lo que  implicaría no votar a Evo), y si ganara Lacalle Pou en Uruguay, ¡qué aislamiento el de la Argentina de Alberto F.!

Piñera en Chile, Vizcarra en Perú, Moreno en Ecuador, Duque en Colombia, Bolsonaro en Brasil, Abdo en Paraguay y Lacalle Pou en Uruguay, dejarían a Venezuela y a México muy lejos. ¿Ninguna de estas posibilidades se baraja en el entorno de Alberto F? ¿No hay estadistas entre sus políticos?

Que a partir del 10/12 el pragmatismo supere la ideología y los intereses del país prevalezca sobre los que podrían esgrimir “los votos son míos”. La Argentina está por encima de los partidos y muy por encima de los políticos. Esperemos. ¡Y que Dios nos ampare!

jueves, 7 de noviembre de 2019

ALBERTO F, ¿NO SABE O NO PUEDE? ¡


ALBERTO F, ¿NO SABE O NO PUEDE?

Malú Kikuchi  (8/11/2019)


De acuerdo al escrutinio definitivo de las pasadas elecciones presidenciales, la fórmula del Frente de Todos obtuvo el 48,24% de los votos, mientras Juntos por el Cambio alcanzó el 40,28%. Haciendo cuentas exactas, los FF ganaron por el 7,96%, casi el 8%.

No era esa la diferencia que esperaban en el peronismo. La remontada de Macri en el último mes fue inesperada y muy bienvenida por la próxima oposición en el congreso nacional y los congresos provinciales. Pero en el Frente de Todos esperaban una distancia del 20%. Alberto la necesitaba.

Con una diferencia grande su margen de maniobra política hubiera sido igualmente grande e incuestionable. Pero con un 8% escaso, Alberto depende de los votos de Cristina. ¿Está de acuerdo con esta situación, estuvo acordada con CFK? Sólo ellos lo saben, pero el resultado es malo.

La Argentina está pasando por una situación económicamente complicada y de muy difícil solución. La incertidumbre en cuanto a respuestas imprescindibles para saber hacia donde se dirige el país, no llegan. La promesa de poner de pie al país, sigue sin que se conozca el cómo.

Se sabe que a las promesas electorales se las lleva el viento de la realidad. Faltando 32 días para asumir la presidencia, sólo se conoce el nombre del futuro ministro de trabajo, Claudio Moroni. ¿Y en economía, en educación, en seguridad, salud, desarrollo social y los demás ministerios? Silencio.

A veces, el silencio puede ser bueno en política, en este momento no lo es. Demasiadas preguntas, demasiada incertidumbre. Mientras un sindicalista digamos que mareado por el triunfo propone “darle a la maquinita y después vemos”, Alberto advierte que “el 10/12 no es mágico”.

Se dice que Felipe Solá suena como canciller. Es un ingeniero agrónomo, ¿qué sabe de diplomacia? Ni siquiera habla otro idioma que no sea el español. Cancillería tiene muchos hombres del PJ aptos y preparados para el cargo. Habría que recordar que Néstor K decía “el que suena, suena”.

Volviendo a la pregunta inicial, Alberto F tiene en claro qué quiere, qué pretende para la Argentina ¿y no lo dice porque optó por esa estrategia? En este momento la estrategia es mala, confunde, no aclara el panorama. Y si espera que Cristina le nombre los ministros, la estrategia es peor.

Supongamos que CFK le echa en cara que ella, la viuda de negro, inconsolable, sacó el 54% de los votos. Habría que recordarle que en el 2007 sacó el 45, 28%, muy sobre el filo. Pero ahora puede reclamar un piso del 30%. Otorgarle, de mala gana, un 10% a Massa y un casi 8% a Alberto.

¿Alberto estará obligado a negociar todos y cada uno de los nombramientos? ¿O sólo peguntará por las áreas que le interesen a Cristina? ¿Hasta donde llega el poder de Alberto votado por el 48, 24% de los argentinos? Esa pregunta la hacemos acá y la hacen en el exterior.

La incertidumbre no ayuda. La errática y en constante descenso histórico de la Argentina, tampoco contribuye a generar confianza. Las declaraciones de Alberto F, en consonancia con la política exterior de Cristina, eso de recrear un polo progresista en la región, no son buenas.

Soñar con lo que fue la unión de Kirchner, Chávez, Lula, Correa y Evo, es un imposible. Néstor y Chávez han muerto. Correa exiliado. Lula preso. Evo disputando una curiosa elección con Mesa. Lo que fue, pasó. López Obrador queda muy lejos y Madura está a años luz de Chávez.

La reunión del Grupo de Puebla en Buenos Aires es un mal presagio, cambiar a Piñera por Enriquez Ominami, también marca una dirección que no ayuda con los países centrales. ¿Cómo se va a renegociar la deuda? El inevitable salvataje económico, ¿vendrá de China? ¿A cambio de qué?

Los argentinos odian el imperialismo yanki. Los norteamericanos hacen negocios, invaden territorialmente pero no se quedan. El gran imperio chino, con 1.350 millones de habitantes, a pesar de tener un enorme territorio necesita más espacio y riquezas naturales que Argentina tiene.

Los chinos piden territorio, lo ocupan y se quedan. Es una buena inmigración, son estudiosos y trabajadores. Pero con los americanos compartimos raíces comunes, judío cristianas y occidentales; con China las diferencias son infinitas. Quizás llegó el momento de pensarlo en serio.

Y de pedirle al presidente electo que nos diga con quiénes y cómo piensa poner al país de pie. Ya es hora.