LAS BATALLAS DE LILITA
Malú Kikuchi (12/10/2018)
¡Qué difícil es separar la paja del trigo! Mucho más si se trata de
tiempos en los que la posverdad, hace que el subjetivismo le gana al
objetivismo. Tratando de respetar los hechos, recurrir a la historia reciente,
al 2015 en el que Lilita decidió apoyar a Macri desde la CC ARI y nació
Cambiemos.
Ante el abismo que representaban las candidaturas del FPV, Lilita dejó de
lado el: “mi límite es Macri” y se puso la campaña electoral al hombro. No sin
antes llegar a mínimos, pero importantísimos acuerdos sobre terminar con la
corrupción y la impunidad y trabajar por el renacer de la República.
Quizás los tiempos de Lilita, cercanos a los de la gente, sean más
“apresurados” que los del ejecutivo, porque desde el principio, Lilita tuvo
serios roces con el Presidente y entabló batallas, algunas largas, otras
cortas, algunas ganadas a medias y otras esperando que se resuelvan.
Para Lilita no es fácil formar parte del partido gobernante, estaría más
cómoda siendo oposición. Al comienzo fue más fácil, Ricardo Lorenzetti,
Presidente de la Corte, fue su primer blanco. El Ejecutivo no entraba en esta
puja, no tenía nada que hacer frente al poder judicial.
Hoy, Lorenzetti, aún juez de la Corte, ya es problema del Dr. Carlos
Rosenkrantz, reciente presidente de la Corte. Una batalla de Lilita, ganada por
las circunstancias. Luego apareció Daniel Angelici en la mira de Carrió. No como presidente de Boca, sino como
“operador” de Macri ante el poder judicial. Angelici es amigo de Macri y abogado.
A un abogado no se le puede prohibir visitar Comodoro Py. ¿Es o no es el
operador de Macri ante la justicia? Esta batalla tiene final abierto. Luego
vino la defensa de Gómez Centurión, ex Director de la Aduana, acusado
falsamente de ser corrupto. Lilita luchó por su honestidad y ganó.
Siguió el ataque al ex juez Norberto Oyarbide. Ante la posibilidad de un
juicio político, que predicaba Lilita, se le aceptó la renuncia. Una victoria
con sabor amargo, el ex juez cobra su jubilación, y evitó el baldón de ser
echado. El juicio político hubiera sido más correcto. También más largo.
Siguieron Gustavo Arribas, Director de la *AFI, fue denunciado por un presunto
giro de dinero, hecho por Odebrecht. Lilita
pidió que la justicia lo investigara. También disparó sobre Silvia Majdalani,
la 2ª de Arribas. Siguen en sus puestos. Por ahora, batalla perdida.
Gils Carbó, la ex procuradora general de la Nación muy K, también evitó
el juicio político que quería Carrió y renunció a tiempo. El camino de la ley
es largo, tedioso y da trabajo, pero es el que corresponde. Más la gente quiere
resultados rápidos. Es triste, otra batalla ganada a medias.
Y siguió la batalla por las tarifas enfrentando otra vez al ejecutivo. Se
subieron a pesar de Lilita y era inevitable que eso sucediera. Ahora es la hora de Germán Garabano, ministro de
justicia de la nación. Tuvo la poco feliz idea de decir por radio que no le
gustan los ex presidentes presos.
Lilita atacó con furia contra el ejecutivo, lo acusó de proteger la
corrupción, amenazó con irse de Cambiemos (que sería el equivalente a
dinamitarlo) y llegó a decir que: “he perdido la confianza en el Presidente”.
Palabras difíciles de remontar. Después dijo que no se iba de Cambiemos. Pero
acusar a Garabano por decir tonterías, es tonto.
Garabano debe renunciar o ser echado por Macri por haber contratado el
18/5/2018 como asesora del su ministerio a María del Carmen Falbo, la ex
procuradora de la provincia de Buenos Aires, el clon de Gils Carbó. Eso sí que es
reprobable, es casi un delito. Lo de la prisión preventiva de los ex
presidentes, Lilita sabe que depende del senado y éste ya decidió que NO.
En cuanto a la corrupción, por lo menos del gobierno anterior, están
presos, Boudou, De Vido, Jaime, Schiavi, López y más. En capilla casi todos los
nombrados en los cuadernos de Centeno, funcionarios y empresarios. Siendo
objetivos, nunca en la historia democrática del país sucedió esto.
Lilita Carrió es el *Catón el Censor que necesita la República. Sus
batallas por lo general, son las batallas de la gente. Pero al César lo que es
del César. El poder judicial está activo, se despertó de su largo sueño K. Quizás
necesitamos creer que es cierto, que el gobierno está intentando dar su
titánica batalla contra los paradigmas argentinos de los últimos eternos 70
años. Eso es difícil, lento y doloroso. Y con muchas batallas por delante.
*AFI: Agencia Federal de Inteligencia.
*Catón el Censor: político romano, Censor de la República 234-149 a.C
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