EL
GRAN SAINETE NACIONAL
Malú
Kikuchi (12/1/2024)
El
sainete nace en España en el siglo XVIII como una obra teatral en 1 acto, por
lo general cómica y era usada como entremés entre 2 actos de otra obra teatral.
Deriva de la palabra “saín”, grasa animal, a la que se le agrega el diminutivo
“ete”. Durante el siglo XX aparece el sainete criollo.
El
sainete criollo, típicamente rioplatense, se hace fuerte a partir de 1920. Se
caracterizó por reflejar la vida en los conventillos, con personajes fácilmente
reconocibles y a la comicidad le sumó escenas trágicas.
Pero
el sainete criollo no ha desaparecido, está vivo. Basta con encender el
televisor o el canal del Congreso de YouTube y se podrá asistir a un
tragicómico sainete nacional interpretado por los diputados de las comisiones y
los funcionarios que defienden el DNU y la ley ómnibus.
Rescatando
los hechos positivos, tanto el DNU 76/23 (de 16 títulos y 366 páginas) del
Presidente Javier Milei, como el proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para
la libertad de los Argentinos (de 664 artículos y 6 anexos), ambos ya están
siendo analizados en el Congreso Nacional.
Otro
hecho positivo es que los integrantes del plenario de comisiones que tiene la
facultad de preguntar a los funcionarios del área que implican algunos de los
proyectos de leyes, están trabajando. Pero: ¿leyeron todo el material enviado?
En muchos casos parece que no.
No
sólo están trabajando, lo que ya es un logro, sino que lo están haciendo
durante un tórrido verano, en extraordinarias. ¡Están trabajando durante sus
vacaciones! Después de haber trabajado poco y nada durante el gobierno de los
Fernández/Massa.
Desgraciadamente
hay más hechos negativos que positivos. El plenario de comisiones debe
preguntar. Según lo acordado los legisladores tienen cinco minutos cada uno
para preguntarle al funcionario de turno, para que este le aclare lo que no
está claro o conteste la finalidad de la ley.
Ningún
legislador respetó el acuerdo. Todos sobrepasaron el tiempo acordado. Algunos
funcionarios, también. Lo peor del caso es que pocos legisladores preguntaron
con coherencia, la mayoría explicó con detalles sus propias ideas políticas que
por supuesto no coincidían con las de las leyes propuestas. Una fenomenal
pérdida de tiempo.
Y la
situación desesperante de Argentina con chicos hambreados y pobreza creciente,
y una inflación del 25,5% (la más alta del planeta es la herencia maldita del
gobierno de los Fernández/Massa) no tiene tiempo que perder. Todo es urgente en
Argentina.
Otro
de los hechos negativos y este es muy negativo, es que el congreso se ve
dividido en dos grandes grupos. No importa que esté atomizado a nivel partidos
políticos, que sí lo está. La grieta profunda se da entre los que creen
en un futuro y los que se aferran a un pasado decadente.
Los
diputados k y los de la izquierda, dan la sensación a través de sus
exposiciones que están envueltos en telarañas, que necesitan un eficaz
antioxidante para “aggiornar” sus ideas. Es imposible discutir algo con olor a
futuro con personas que se quedaron a mediados del siglo XX. Que creen que la
URSS aún existe, que no implosionó como todo aquello que va en contra de la
naturaleza humana. Se frizaron en 1950.
Y
tanto el DNU como la ley ómnibus tienen errores que hay que subsanar. Nada de
lo humano es perfecto, pero todo es perfectible. Hay que reconocer que el
trabajo titánico que se hizo revisando más de 3.000 leyes y regulaciones que
tienen inmovilizada la economía argentina, deben desaparecer. Y toda la
propuesta es revolucionaria.
Tan
revolucionaria que intenta volver a la Constitución Nacional de 1853, esa que
hizo de la Argentina un país donde los inmigrantes de buena voluntad y con
vocación de trabajo, miraban con la esperanza de poder habitarla, de hacer que
sus hijos progresen y ellos también.
Terminar
con todo aquello que tiene al país atado a un pasado que sólo trajo decadencia.
Milei, con su extrema pobreza política, tendrá que negociar. La política es el
arte de lo posible, decía Aristóteles.
Pero
es imprescindible. Se espera que el PRO mayoritariamente votará el DNU y la ley
(con cambios, en particular la delegación de funciones, artículo 29 de la CN)
poniéndole término de un año máximo, y otros cambios. La UCR también en su
mayoría votará a favor, lo mismo que el partido de Pichetto. Si Milei consigue
que el 50% de sus propuestas se hagan realidad, Argentina cambia. Y el resto lo
conseguirá si gana las legislativas de 2025 y consigue por lo menos
duplicar sus legisladores.
El
miedo de los diputados que le temen al cambio es porque el statu quo podrá ser
malo pero es terreno conocido. Milei propone un cambio radical, volver a las
fuentes. Y los legisladores más allá de defender sus privilegios, si los
tienen, o sólo defender lo conocido, son demasiados los que están atados al
pasado y atemorizados por un futuro desconocido.
Pequeño
ejemplo, la ley de tierras. Están los diputados con la idea de defender la
soberanía (y un país es soberano cuando su pueblo es libre, tiene trabajo
genuino, los hijos estudian y el futuro es mejor que el presente). Les horroriza
que un extranjero compre tierras en Argentina. Todos los habitantes de este
país, exceptuando los pueblos originarios, son extranjeros que vinieron a
comprar tierras. Para empezar los antepasados de estos diputados que gritan,
“extranjeros, no”. No hay uno solo de ellos que tenga apellido de pueblo
originario.
Hoy
en el Congreso coexisten dos conceptos de país. Unos quieren una Argentina
subsidiada, donde los precios de todo sean falsos, sin moneda y amiga de todas
las autocracias de pseudo izquierda del planeta. Milei propone un país libre,
con ciudadanos libres, donde los trámites sean rápidos y fáciles, la moneda
dura y la posición internacional del lado de las democracias liberales. Que las
Fuerzas del Cielo iluminen a los legisladores de ambas cámaras y que
Argentina empiece a cambiar, que es lo que votó mayoritariamente el
pueblo el 19/11/2023. Que así sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario