MILEI, DAVOS Y SCHWAB
Malú kikuchi /19/1/2024)
El Presidente de Argentina viajó en
avión de línea con una pequeña comitiva a Davos, Suiza, para disertar en el
foro Económico Mundial. Algo que sucedió el 17 /1 ante un auditorio que
no estaba lleno.
Esto último probablemente se
debió no a la persona de Milei, que sí concita curiosidad por ser alguien
que llega al más alto cargo de su país sin ser político y empezando a ser
conocido hace sólo dos años.
La falta de un auditorio lleno se
debió a la desconfianza, al hartazgo que suscita Argentina. A lo largo de los
años el país ha dejado de cumplir sus contratos y ha vivido fuera de un estado
de derecho. No es confiable.
Ante ese auditorio, con proyección
mundial, el Presidente Milei empezó diciendo “Occidente está en peligro”. “El
socialismo es un modelo empobrecedor que fracasó”. ”El gobierno no es la
solución, es el problema mismo”. “El capitalismo genera una explosión de
riqueza”.
Siguió explicando las bondades
reales del capitalismo y metió en la misma bolsa a “comunistas, o sea
socialistas, social demócratas, demócratas cristianos, neo keynesianos,
progresistas, populistas”.
Cumplió con los 20 minutos
acordados a todos los expositores y ante el desconcierto de los políticos y de
la mayoría de los periodistas, los empresarios aplaudieron con ganas. Les
había hablado a ellos.
Terminó diciéndoles, “No se dejen
amedrentar. No se entreguen a una clase política que lo único que quiere es
perpetuarse en el poder. Uds. son benefactores sociales. Uds. son héroes. […]
Que nadie les diga que su ambición es inmoral. Si Uds. ganan dinero es porque
ofrecen un mejor producto a un mejor precio. Contribuyendo al bienestar
general.”
Nombró a Adam Smith, a Bastiat,
a Friedman y aunque no lo nombrara el espíritu de “El ogro filantrópico”
de Octavio Paz (1972) flotaba sobre el discurso. Y por supuesto nombró a
Alberto Benegas Lynch (h).
Dio una clase magistral,
defendió al capitalismo, que es la rama económica del liberalismo. En Europa y
en Argentina se lo criticó por haber desperdiciado la oportunidad de conseguir
inversores para el país.
Si es que el honorable Congreso de
la Nación le aprueba el DNU y la ley ómnibus, ¿perdió la oportunidad? Se supone
que los integrantes del foro de Davos conocen las riquezas naturales de
Argentina.
También conocen, algunos por
desgraciadas experiencias, las debilidades institucionales del país. ¿Qué podía
prometerles Milei? Recién empieza su mandato y ya tiene a los gremios en la
calle y le faltan congresistas.
La advertencia a Occidente fue
audaz y veraz. Empezó Europa a socializarse después de la 2ª Guerra Mundial. El
“estado benefactor” fue creciendo. Y Francia dejó de crecer desde hace 30 años.
Preocupado con este fenómeno, Klaus
Martin Schwab nacido en Alemania en 1938, economista, empresario, integrante
del Consejo de Administración del Grupo Bilderberg y de las Universidades
de Friburgo y de Ginebra, decidió en 1971 fundar el Foro Económico Mundial.
Hoy se conoce como el foro de
Davos, para muchos el corazón del capitalismo. En el 2020 apareció la pandemia
del Covid 19 que asoló al planeta y que modificó la vida y el pensamiento de
mucha gente.
Esa modificación le llegó a Klaus
Schwab. En 2021 apareció un libro escrito por él en colaboración con el francés
Thierry Malleret que se llama “El gran reínicio”. La traducción literal sería
El gran “reseteo”.
En ese libro el fundador del foro
de Davos propone “resetear” la economía mundial y convertirla en “solidaria”,
capaz de prevenir y estar preparada para un desastre natural como la pandemia.
Más allá de las ideas socializantes
adquiridas por Schwab durante la pandemia, ¿cómo sería posible estar preparados
para un desastre natural o deliberado como la aparición de un virus
desconocido?
Si es justamente el capitalismo y
su competitividad el que permite ante la aparición del Covid 19 (o de otros
virus, que se espera no aparezca) que los laboratorios del mundo encuentren
vacunas para salvar vidas.
Sea como fuere, el “Gran reínicio”
terminó de minar el pensamiento económico de los europeos y de muchos
demócratas estadounidenses. El presidente Milei advirtió sobre los peligros del
Estado benefactor.
Aclaró que Argentina es el perfecto
ejemplo de todo lo que no se debe hacer. Y si el Congreso de la Nación aprueba
el DNU y la ley ómnibus (aún con correcciones), el país será atractivo para los
inversores.
No habrá necesidad de discursos, ni
en Davos ni en sitio alguno. Los hechos son infinitamente más elocuentes que
las palabras.
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