SE DECLARÓ LA GUERRA
Malú Kikuchi (13/9/2019)
Curiosamente no se trata de una
guerra entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todo. Es una guerra palpable,
audible y visible dentro del Frente de Todos. Que por lo que parece no es tan
“de todos”. De un lado Alberto F, los gobernadores y el tradicional PJ, del
otro Cristina y su núcleo duro.
La izquierda del kirchnerismo,
Máximo, Axel, Zannini, la Cámpora, Grabois… El 11/9, en Tucumán, en conferencia
de prensa, Alberto F. dijo, “evitemos estar en la calle” para que “los nervios
no den paso a los violentos”. Hasta se podría decir que fue amable con el
gobierno.
Contestó las preguntas sobre
medidas
tomadas por Cambiemos con un “son tiempos difíciles”, “tomaron medidas
apresuradas después del shock de las PASO”, todo en tono moderado, tratando de
apaciguar los ánimos. Al día siguiente el Polo Obrero contestó que no pensaban
abandonar la calle.
Alberto F está en una posición
complicada. Piensa de una manera (o pensaba) y sabe que los votos son de
Cristina. Está en campaña, no puede permitirse perder los votos de la izquierda
K, ni asustar al peronismo ortodoxo. El acuerdo tiene fecha de vencimiento: después
de la elección.
Los movimientos sociales de izquierda
le contestan a Alberto F. No están contentos con sus declaraciones. La fuerza
de estos movimientos está en la calle. Ocupar las calles es su estrategia más
visible. Frases para Alberto F nombrándolo: “No abandonamos el acampe” y “Empezamos
mal”.
Esta última (por ahora) movilización
por la emergencia alimentaria, pedida por todos los sectores, así lo puntualizó
Agustín Rossi, diputado K, al ser aprobada la ley con media sanción, dijo
sonriendo a los periodistas: “qué alegría que la gente esté en la calle”.
¿Mensaje directo para Alberto F?
En cuanto a la emergencia alimentaria,
sintiendo que pueden estar más cerca de ser gobierno, el Frente de Todos, luego
de exigir que se tratara la ley, empezó a pedir un *Decreto de Necesidad y
Urgencia, DNU, con el pretexto de ser más rápido… y más fácil de derogar llegado
el momento.
Alguna vez un político lúcido dictaminó
su teorema, el de Baglini (Raúl Baglini, UCR, diputado y senador por Mendoza): “Cuanto
más lejos se está del poder, más irresponsables son las propuestas políticas;
cuanto más cerca del poder se vuelven más sensatas y razonables”. ¡Grande
Baglini!
Por esa misma razón, el gobierno
decidió colaborar con la sanción de la ley. Una ley que si ganara el gobierno Alberto
F, la pregunta sería, ¿derogará la ley por no tener el dinero para pagarla? Algo
inconcebible para un peronista dejar sin comer al pueblo que dice amar, servir
y cuidar.
Si no pudiera dar de baja la ley (que
estaría vigente hasta el 2022), debería emitir moneda. Es decir, darle a la
maquinita y llevar al país directamente a una hiperinflación. El dilema es
terrible y la solución imposible. Salvo que se recurriera a un préstamo externo
(¡qué horror!) y ¿de quién?
Solo quedaría la posibilidad de
recurrir a los chicos malos del barrio planetario: Rusia, China e Irán. Cada
uno exigiría contra prestaciones distintas. Rusia es experta en comprar
empresas en quiebra, Venezuela es la prueba. China exige territorio, que no es
que le falte, le sobra gente.
Tendríamos una invasión china. En
cuanto a Irán es preferible no saber qué es lo que exigiría a cambio de un
posible préstamo. El próximo gobierno va a enfrentar una situación casi
imposible de solucionar sin lesionar a la sociedad. Si ganara Alberto F le
sumaría otro problema, los movimientos sociales ya le aclararon que “empezamos
mal”, ¿cómo terminarán? En las guerras nunca se sabe.
*DNU, Decreto de Necesidad y
Urgencia, facultad del presidente que debe ser aprobado o rechazado en un lapso
determinado por el congreso.
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