viernes, 30 de noviembre de 2018

PRESUNTO CULPABLE


PRESUNTO CULPABLE

Malú Kikuchi  (30/11/2018)


La ONG internacional Human Right Watch (HRW), a través de su director para las Américas, José Vivanco, denunció al príncipe Mohamed Bin Salman (MBS) de 33 años, heredero del trono de Arabia Saudita y hombre fuerte de su país, por delitos contra los DDHH en Yemen, por la muerte de Jamal Khashoggi y le pidió a la justicia argentina que se hiciera cargo.

¿Qué tiene que ver Argentina con la guerra del Yemen o con el asesinato del periodista del Washington Post, ocurrida en el consulado de Estambul (2/10/2018)? Nada. HRW, apela al artículo 118 de la Constitución nunca usado, el 118 que dice:”…(el delito) pero cuando este se cometiera fuera de los límites de la Nación en contra del derecho de gentes, el congreso definirá por una ley especial el lugar en que haya que seguirse el juicio”.

Muy rebuscado. El vice canciller Daniel Raimondi dice que el príncipe MBS está amparado por el acuerdo de Inmunidad especial de 1969, que suscribió Argentina, ya que MBS está acá en representación de su país. Macri sostuvo lo mismo. El fiscal Ramiro Gonzáles elevó la denuncia al juez federal Ariel Lijo y éste la pasó a cancillería para que esta averiguara.

Por ahora no se sabe si hay denuncias ante la Corte de La Haya. Pero si las hubiera, con pruebas, Interpol habría impuesto alertas rojas, y no las hay. Por lo menos que se sepa. Mientras, se supone que cancillería argentina debería mandar a Yemen un pedido de informes sobres las denuncias, de las supuestas violaciones a los DDHH durante la guerra.

Yemen tiene una extensa frontera con Arabia Saudita. Su capital es Saná. Hasta finales de 2014, su presidente era Abdrabbo Manzur Hadi, cuando los Huthi tomaron el poder. El rey de Arabia Saudita, Salman, acudió en apoyo de su amigo yemení. Se formó una coalición con los Emiratos Árabes Unidos y casi todo el mundo árabe para recuperar Yemen. MBS era y es, el ministro de defensa de su país.

Recién ahora, los Huthi declaran que dejarán de enviar misiles sobre Arabia Saudita; la coalición está dispuesta a negociar y la ONU será la veedora de este posible acuerdo que daría fin a una guerra cruenta, como todas las guerras y que dura desde el 2015.

¿Quién es Mohamed Bin Salman? Designado heredero por su padre, dicen que trabaja 16 horas diarias. Acumuló poder y lo hizo sentir. En un país detenido en el tiempo, fue “un reformador revolucionario” que deslumbró a occidente el año pasado cuando creó una comisión anticorrupción, que presidió. Y en pocos días destituyó la cúpula militar.

Apresó a los 11 príncipes más poderosos del país y les expropió parte de sus empresas. Encarceló decenas de religiosos, prometiendo “un Islam abierto y tolerante”. Intentó diversificar la economía para que no dependiera sólo del petróleo. Está construyendo una enorme planta de energía solar. Hasta se metió con la constructora de los Bin Laden.
Permitió que las mujeres pudieran conducir autos y que festejaran junto a hombres en un estadio, algo insólito en Arabia Saudita. El año que viene abrirán sus puertas las salas de cine, prohibidas por el Islam *wahabita. En un país con 31 millones de habitantes, la mitad es menor de 25 años, algo muy a favor de MBS. Pero ¿cuántos heridos ha dejado atrás?

Todos los apresados, los que se quedaron sin poder, los dejados de lado, ¿no querrán vengarse? Todavía tienen mucho dinero y amigos en todas partes. Más los “intereses creados” de los que hablaba *Benavente. ¿Por qué no pensar que entre todos ellos pudieran haber urdido una feroz venganza que les sacara del camino a este “loco reformista”?

El asesinato de Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul, es obra de un alienado. Si MBS lo quería muerto, ¿no era más simple contratar a través de terceros un sicario en EEUU y matarlo de un tiro en un callejón? ¿Par qué el morbo de descuartizarlo? De la guerra en Yemen todos son culpables. La guerra en sí es un ataque a los DDHH.

Por ahora, sin pruebas, está condenado por los medios políticamente correctos que quieren mantener el status quo del atraso en el reino saudí. Mohamed Bin Salman, heredero del trono de Arabia Saudita es sólo un presunto culpable. ¿O es en verdad culpable? La duda está permitida.

*Jacinto Benavente (1866/1954) dramaturgo y guionista español, premio Nobel de  Literatura, 1922.
*Muhammad Ibn Al Wahhab (1703/1792), clérigo, quería volver al “Islam puro” del “salef”, los predecesores al tiempo de Mahoma (571/632).

viernes, 23 de noviembre de 2018


CONTRADICCIONES ARGENINAS

Malú Kikuchi  (23/11/2018)


Entre las *Analectas de Confucio, hay una particularmente educativa, “le preguntaron al maestro que sería lo primero que haría si fuese gobernante y respondió: me pondría de acuerdo sobre el significado de las palabras, porque si todos no entendiéramos lo mismo al decir una palabra, sería imposible gobernar”. La Analecta es más precisa y mucho más poética, pero el sentido es sobre lo que significan las palabras.

Siguiendo el consejo de Confucio, el diccionario dice que contradicción viene del latín, “contaradicere”, contra = oposición, dicere = decir, o sea oponerse a lo que se dice. Y la Argentina y los argentinos practican con asiduidad las contradicciones, en todos los ordenes y a todo nivel.

Es posible que los más expertos en contradicciones sean los políticos, pero también lo hacen los ciudadanos de a pie. Es casi un emblema nacional. La Argentina es un país muy rico, se lo enseñan a los chicos desde preescolar. Pero resulta que ese país tan rico, tiene un 28% de pobres.

La Argentina puede darle de comer a 400 millones de personas, quizás a 600 millones, pero aparentemente no puede alimentar a los 40 o 44 millones que la habitan. Los comedores públicos y los escolares se multiplican. Así como los subsidios a los que no trabajan y protestan.

Los subsidiados protestan haciendo piquetes. Estos impiden que aquellos que trabajan y con sus impuestos les pagan los subsidios, no puedan llegar a sus trabajos. Contradicciones demenciales y casi diarias. De lunes a viernes, el fin de semana los que trabajan de piqueros, descansan.

La legislatura porteña, sobre un proyecto de ley de la ministra de educación de la ciudad, Soledad Acuña, promueve una universidad para docentes. Los trabajadores de la educación se oponen. Alguien que enseña se opone a aprender más. Tener un título universitario es más.
Prefieren los 29 centros de estudio que ya existen. Contradictorio. Y tonto.  Los manifestantes, que no eran docentes sino los violentos de siempre, como llovía, ellos que odian a los EEUU, usaban como capuchas para defenderse del agua, plásticos con la publicidad de Coca Cola.

En la Argentina del siglo XXI hay anarquistas, los revolucionarios previos a la guerra de 1914. En el mundo de los teléfonos inteligentes y del GPS, no usan la inteligencia y no saben hacia donde van. Triste. Y peligroso. Está llegando el G20 a Buenos Aires con los líderes del mundo.

Falta una semana. La contracumbre es casi una reacción natural. Empezó el lunes 19/11, en el micro estadio de Ferro, todos los disertantes latinoamericanos, la mayoría desplazados del poder por el voto popular, y el infaltable ex juez Baltazar Garzón. Y Eugenio Zaffaroni. Y Hugo Yasky.

Habló la ex presidente CFK, todos los males del sub continente son culpa del “neo” liberalismo, algo que parece practican los miembros del G20. ¿Putin, Xi Jing Ping? Todos ellos gente muy mala y Cris no es mentirosa. Pero asistió a varias reuniones del G20 mientras fue presidente.

El Foro del “Pensamiento crítico” le dedicó en su 1º día de alocuciones, un sentido homenaje a los 60 años de la revolución cubana, con la presencia de 4 cubanos llegados desde la isla, dos de ellos héroes de la mítica y fracasada revolución. En presencia de Dilma Rousseff, Estela de Carlotto, Fernando Haddad (el que perdió con Bolsonaro), el vice presidente de Bolivia, Álvaro García Linera, Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora), sólo faltaba mamá Hebe.

Hasta ahora, esta contra cumbre es mucho más civilizada que la que le hicieron a Bush (h) en Mar del Plata, 2005, en tiempos de Néstor, liderada por Hugo Chávez, Maradona y Luis D’ Elía. Mientras, el gobierno de Macri cree que competir en 2019 con CFK, le conviene. Puede que sea cierto.

El tema aterroriza a los posibles inversores (necesarios, imprescindibles), ante la sola idea de que Cris pudiese ganar. Contradicciones. Aristóteles sostenía que una contradicción implicaba “ser y no ser”. Por lo tanto, ser contradictorio es ser falso, y ya se sabe que lo que es falso, no es verdad.

¿Serán la Argentina y los argentinos todos falsos a fuer de contradictorios? Se espera que no sea así. Basta de filosofar sobre hechos “intrascendentes”, que lo único que de verdad importa es el partido del sábado Boca/River. Los nombres están puestos por orden alfabético. No importa quien gane, importa que la Copa se queda en la Argentina. ¿O no?


*Analectas: charlas entre Confucio y sus discípulos cuya traducción literal del chino es, “el significado de las palabras”. Confucio, filósofo y maestro chino, 551 a C/ 479 a C.

CONTRADICCIONES ARGENTINAS

viernes, 16 de noviembre de 2018

RETROCESO


RETROCESO

Malú Kikuchi  (16/11/2018)


Retroceso, la palabra deriva del latín, “retro”, hacia atrás y “cessus”, andando. Ir hacia atrás. Y esta vez, algunos argentinos han tratado de retroceder 109 años, es un poco mucho. En la Argentina del 2018, en el tiempo de internet y de la nanotecnología, hay ¡ANARQUISTAS!

La anarquía es una doctrina política que defiende a rajatabla la libertad absoluta y no reconoce ningún tipo de autoridad. A los que profesan la anarquía que es casi una religión, también se los llama libertarios. No confundir con liberales. Se ha detenido hasta ahora a 13 personas.

Deben ser más. Eso fue luego de los dos ataques con bombas, uno a la vivienda del Dr. Bonadío, ¿por procesar a los K? y otro, el más demencial, al mausoleo del Coronel Comisario Ramón Falcón. Este fue asesinado cuando era el jefe de la Policía Federal del presidente Figueroa Alcorta.

Falcón se distinguía por su mano dura. Los anarquistas se vengaron el 14/11/1909. Falcón salía del cementero de la Recoleta con su secretario Juan Lartigau, había asistido al entierro de un colega, y ya en el carruaje, yendo por Quintana hacia Callao, se les cruzó un muchacho que les arrojó una bomba casera que mató a los pasajeros.    
                
El muchacho de 18 años, menor de edad (la mayoría se cumplía a los 22 años), era Simón Radowitzki, argentino de origen ucraniano. Trató de escapar, la policía lo alcanzó; intentó suicidarse con una pistola, falló. La policía lo torturó para averiguar quienes eran los cómplices. Nunca habló.

Zafó de la pena de muerte por ser menor. Fue condenado a cárcel de por vida. Lo indultó Hipólito Yrigoyen en 1929. Viajó a Montevideo, sus actividades lo metieron en la cárcel hasta 1936. Se fue a España a pelear en la guerra civil del lado de los republicanos. Luego México, trabajó como obrero en una fábrica de juguetes y murió en 1956, de un infarto.

Después de 109 años, tratar de reivindicar a Radowitzki intentando destruir el mausoleo de Falcón, ambos muertos, parece fantasmagórico. La anarquía, políticamente, tuvo su auge antes de la 1ª Guerra Mundial, que se desencadenó, oficialmente, por culpa de un acto anarco terrorista.

Poca actividad entre las dos guerras mundiales y luego de la 2ª, el mundo civilizado abrazó la democracia, una democracia representativa, que no siempre representa, pero es mejor que la anarquía, en la cual no se podría vivir. El orden, no el orden fascista, el simple orden para convivir es imprescindible. Y eso lo provee un gobierno democraticamente electo.

¿Cómo puede ser que en la Argentina de hoy exista un movimiento anarquista? Tienen una página web, hacen obras solidarias y por lo visto, llegado el momento, justo antes del G20, como justo antes del centenario (1910), ponen bombas. El poner bombas, es terrorismo, así de claro.

 Asusta pensar que la Argentina que lleva tantos años estancada, además, retrocede 100 años. El futuro está por delante, el pasado quedó atrás. No se lo puede revivir, es inmutable. El gobierno y las Fuerzas de Seguridad creen que los dos atentados, el del juez y el de la Recoleta, están conectados.

Han allanado la casa, en Pavón 2345, ocupada por los anarquistas. Se   encontraron elementos para la fabricación de las bombas. Entre los detenidos, la mujer que llevaba la bomba en la Recoleta, que entró al cementerio en silla de ruedas.  

Por sacarse una selfie, le estalló la bomba y quedó mal herida. Se trata de Anahí Esperanza Salcedo, argentina, 32 años, DNI 33059677, José Martí 1553, Don Torcuato. Cobra 2 planes, tiene 2 hijos, es monotributista. Familiar de Lizu Salcedo, ex diputada FPV, empleada por Massa en PAMI.

¡Bombas a los muertos! Es la más acabada forma de retroceso, no sólo temporal, es retroceso mental, el más paralizante. La reunión del G20 es atractiva para estos energúmenos, “cuanto peor, mejor”.

Winston Churchill decía: “la democracia es el peor de los sistemas…exceptuando todos los demás”. Hasta a estos anarquistas de pacotilla, les llegará un futuro democrático y sin bombas.

Pero puede que estos actos sin sentido sean el telón que oculta a Hezbollah, movimiento del terrorismo islámico. Se detuvo a 2 hermanos argentinos de origen libanés, uno de ellos con adiestramiento militar en Irán, Axel Ezequiel Abraham Salomon.  ¡Ojalá sean sólo los anarquistas!

viernes, 9 de noviembre de 2018

¿QUÉ LES PASÓ?


¿QUÉ LES PASÓ?

Malú Kikuchi  (9/11/2018)


¿Qué les pasó? Hace apenas un año, el 22/10/2017, las elecciones legislativas las ganó Cambiemos. Ganaron en 13 provincias, empezando por la de Buenos Aires, bastión de CFK y en CABA ganó Lilita con el 51%.

Cambiemos sacó a nivel nacional el 41,76% de los votos; CFK el 21,8%; el PJ el 14,61%; Massa el 5,83%; la izquierda el 5,57%. ¿Cambiemos creyó que estaba “condenado al éxito?” Más la reunión de la OMC y la del G20.

La Argentina volvía a estar entre los países respetables del planeta.  Era el momento preciso para planificar un 2018 donde, sin elecciones a la vista hasta el 2019, se podían concretar las imprescindibles reformas laborales, tributarias, educativas y económicas. Un año crucial.

Antes de finalizar el 2017 se mandó al congreso la reforma en los pagos jubilatorios. El congreso fue ferozmente agredido por los violentos de siempre. Los destrozos enormes, la presión sobre los legisladores  tremenda. La victoria electoral primó y la reforma se hizo efectiva.

Y empezó el 2018. Ya se sabía que el Banco Central manejado por Federico Sturzenegger no podía salir de la encerrona de las Lebac y las altísimas tasas de interés en $$$. Se suponía que era un arma para bajar la inflación y evitar que la gente comprara US$. El dólar se atrasó.

La inflación empezó un sostenido ascenso en los precios. Las tarifas subieron (era necesario, pero doloroso), los sueldos no le ganaban a la inflación. En abril sucedió la 1ª corrida cambiaria. Duro golpe para el gobierno. La Argentina seguía gastando más de lo que producía y los mercados externos dejaron de prestarle plata.

Se recurrió al FMI. Los países del 1º mundo apoyaron el préstamo. Se fue Sturzenegger del Banco Central, lo remplazó Luis Caputo. Hoy el presidente del Central es Guido Sandleris, hombre de Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda y Economía. En medio año, 3 presidentes del Central.

El ejecutivo decidió “achicarse”. Convirtió la mayoría de los ministerios en  secretarías. Con las mismas personas al frente. *Gatopardismo puro. El 25/6, huelga general. La justicia acusó a varios gremialistas. Ante la posibilidad de juicios y cárcel, los acusados, los K y la izquierda, le hacen la vida imposible al gobierno y a la gente.

 En agosto, otra corrida cambiaria. El 1º préstamo del FMI no alcanzaba. Se pide más plata. El FNI lo estudia. La Argentina tiene fama, bien ganada, de ser un defaulteador serial, pero lo otorgó. La devaluación es mayor al 100%. La inflación es la 2ª más alta del mundo y los pobres un 28%.

El 25/9, otra huelga general. El gobierno que debía bajar impuestos, inventa uno nuevo. La presión tributaria es la 2ª más alta del mundo. El US$ se aquieta, la inflación sigue. Las tasas del Central pasan el 70%!!!.

Ningún país puede sostener tasas de interés del 70%. ¿Por cuánto tiempo se puede pagar este disparate? Negocio para financistas y capitales golondrina. Con las leyes laborales y los impuestos altísimos de Argentina, nadie en su sano juicio, va a invertir en serio, en un país que no lo es.

Hace apenas un año, el 22/10/2017, la Argentina se encaminaba hacia un futuro largamente esperado, que creía merecer. ¿Qué les pasó a los gobernantes para revertir de manera tan drástica, ese futuro prometedor y convertirlo en el angustioso desasosiego de hoy?

El 27/10/2019 se volverá a votar, esta vez presidenciales. El año pasado Macri era presidente electo sin dudas. Con el correr de los meses, se empezó a jugar con la posibilidad de un balotaje, entre Macri y CFK. Hoy algunos encuestadores los dan parejos y dos creen que CFK le gana a Macri. La sola idea, estremece. CFK es el abismo del que aún no se ha salido.

*Séneca decía que: “no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”. Cambiemos debe tener un programa serio. Debe comunicárselo a la gente. El país no puede estar en manos de los gremios. Los impuestos deben bajar, las leyes laborales deben flexibilizarse, la reforma educativa no debe pasar por las políticas de género, el país debe ser seguro y dar facilidades para inversiones que den trabajo en blanco.

Cambiemos prometió cambios que aún se esperan. No pueden jugar el destino de la nación a una sola carta, o Macri o el horror de volver a CFK. Cris volvería más vengativa, más resentida, más atrasada con respecto a la historia.

Cambiemos desperdició la confianza del electorado en un año. Le queda otro año para recuperarla. ¿Podrá?


 *El Gatopardo: libro de Giuseppe Tomasi de Lampedusa (1958) cuyo lema es “el cambio para que nada cambie”.

*Sénaca: Lucius Séneca, filósofo hispano romano, 4a C/ 65d C

viernes, 2 de noviembre de 2018

¡CORAJE!




¡CORAJE! 

Malú Kikuchi  (2/11/2018)


La palabra no sólo suena bien, es imprescindible para todo, en particular para los políticos gobernantes. Viene del latín “cor” y este del griego, “Kardia”, o sea corazón. Significa valor, dejar de lado el miedo, “echar el corazón por delante”. Algo de lo que definitivamente, carece el gobierno.

No vale la pena insistir en lo que Cambiemos debiera haber hecho desde el 10/12/2015, en esos preciosos e irrepetibles primeros 100 días. Ya está, no lo hizo, no tiene remedio. Pero todavía tiene tiempo, poco, para tomar las medidas necesarias que puedan salvar un gobierno que hace agua.

El gradualismo se debe acabar. Los subsidios se deben acabar. La edad jubilatoria se debe alagar. Los corruptos deben ser juzgados YA! El dinero robado por los K, debe ser buscado en serio, encontrado y puesto a disposición de la obra pública, para que la gente pueda vivir mejor.

El gobierno debe dejar de subir los impuestos. Su calidad de vida no se corresponde con esos impuestos. Debe terminar con los cortes de calles, que los que reclaman lo hagan sobre las veredas o en las plazas.

El poder judicial, los que viven de la política, diputados, senadores, legisladores, intendentes y el ejecutivo, deben ajustarse, todo el peso no debe caer sobre los pocos que todavía producen algo en el país. Hay que poner orden y esto no es fascismo, es sentido común.  

Brasil, harto de inseguridad, narcotráfico y corrupción, ha elegido un nuevo presidente. Bolsonaro es un revolucionario, que pretende cambiar a su país. No se sabe si lo conseguirá, los intereses creados son muchos y muy arraigados. Pero lo intentará.

Por ahora, Jair Bolsonaro ha demostrado el coraje de decir lo que piensa. Algunas cosas son chocantes, desagradables, pero no las disfraza. Los votantes no han ido a las urnas engañados, el hombre es homofóbico, misógino y racista. No son cualidades para exhibir en una campaña.

Defiende la dictadura de 1964/1985, eso es más fácil en Brasil: la entidad más prestigiosa hoy es el ejército. En Argentina, los medios de Alfonsín en más, han hecho un demoledor trabajo para terminar con las FFAA. Y les ha dado resultado. Bolsonaro pretende que no se hable más de dictadura.

Se enseñará que hubo un gobierno militar, los estudiantes sacarán sus propias conclusiones. Y en educación nada de políticas de género. Los chicos sabrán que hay hombres y mujeres. Lo demás vendrá con el tiempo. Sin juicios previos, lo que está claro es que Bolsonaro es   políticamente incorrecto. Y tiene coraje para ir contra la corriente. La Argentina, ¿cómo se llevará con este nuevo gobierno vecino?

Las organizaciones sociales le pondrán todos los motes diabólicos de su vocabulario, con las bendiciones del Papa. Los sindicatos pondrán el grito en el cielo. Los abortistas, los defensores de las políticas de género harán piquetes frente a la embajada del Brasil. Mauricio Macri, ¿qué hará?

Si Bolsonaro firma tratados bilaterales de libre comercio, aunque el Mercosur lo prohíba, ¿Macri se animará a hacerlo? Si Bolsonaro consigue desregular Brasil, bajar los impuestos, flexibilizar el tema laboral, las inversiones mundiales correrán  hacia su país. Mauricio Macri, ¿qué hará?

Brasil es 4 veces más grande en territorio que la Argentina y tiene una población de 210 millones de habitantes, Argentina 44 millones. Brasil pareciera tener un presidente dispuesto a cambiar en serio a su país. Acá, el gobierno dice ¡Cambiemos!, pero todo sigue casi sin cambios.


¿Qué pasó? ¿Durán Barba y Marcos Peña frenan los cambios? Pero el que los tiene ahí es Macri; a uno lo consulta, el otro es el jefe de gabinete de su gobierno. Argentina necesita cambiar de verdad, no de palabra. El cambio ha de ser cultural y es dificilísimo, pero da la sensación de no tener el coraje suficiente para romper con lo presuntamente correcto.

El año que viene será un año electoral. El gobierno mima a los que nunca lo votarán por ideología y descuida y maltrata a los que lo votaron. La economía, con herencias horribles, dificultades internacionales y muchos errores propios, no funciona para las mayorías que extrañan a CFK.

Thomas Jefferson (3º presidente de EEUU entre 1801/1809), decía que: “Un hombre con coraje, es una mayoría”. Sería fantástico que Mauricio Macri internalizara la frase.