sábado, 22 de diciembre de 2018

GRACIAS!!!

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME LEEN, ME ESCRIBEN, ESTÁN DE ACUERDO O NO CON  LO QUE DIGO. GRACIAS POR COMPARTIR LOS ARTÍCULOS. PERDÓN POR LAS GRACIAS NO PERSONALIZADAS, PERO DE VERDAD, NO DOY MÁS, HA SIDO UN AÑO MUY CANSADOR CON EL G20. QUE EL 2019 SEA BUENO Y AMABLE PARA CON TODOS NOSOTROS Y PARA EL PAÍS.

viernes, 21 de diciembre de 2018

¡FELICES FIESTAS! Me tomo vacaciones, vuelvo en febrero 2019.

*UTOPÍAS IMPROBABLES


*UTOPÍAS IMPROBABLES

Malú Kikuchi  (21/12/2018)


Termina un año complicado, lo ha sido en casi todo el planeta, en Argentina particularmente difícil. Difícil para la sociedad, difícil para el gobierno. Es tiempo de deseos, de hacer planes, de fijar objetivos.

Esa convención humana que dice que a partir del minuto 1 del 1º de enero comienza un nuevo año, permite soñar con utopías…aunque estas sean altamente improbables. Por ejemplo:

Que todos los dirigentes sean patriotas.
Se entiende por dirigentes a políticos de todos los partidos y tendencias, empresarios, industriales, banqueros, gremialistas y funcionarios de todos los niveles.
Que ser patriotas implique ser idóneos para el puesto que ocupen en la sociedad, honestos, bien intencionados, trabajadores y respetuosos de las leyes.

Que las leyes sean justas, que sean necesarias, que le sirvan a la gente, no a los que las proyectan y votan. Que las leyes castiguen a los culpables y protejan a los inocentes.
Que en la Argentina no haya más impunidad. Que el que la hace, la pague.
Que el poder legislativo de la nación y los de las provincias, no sean más aguantaderos de los que se robaron todo lo que le falta al pueblo.

Que el sistema electoral sea lógico, sin listas sábanas (en los 5 grandes distritos: provincia de Buenos Aires, CABAA, Santa Fe, Córdoba y Mendoza), que el votante conozca a los que vota, no sólo a los 2 o 3 primeros de las listas. Que el pueblo pueda controlar los votos.

Que lo que se prometió en las campañas electorales, si se llega a ser gobierno, se cumpla. Con la ayuda de la oposición.

Que las mayorías no se sientan dueñas del país. Las mayorías cambian, hoy lo son, mañana serán remplazadas por otras. Que las minorías aprendan a negociar que es la forma superior de hacer política.

Que la educación vuelva a tener maestros y deje atrás a los “docente” y más atrás a los “trabajadores de la educación”. Que alumnos y padres vuelvan a tenerles el debido respeto que ellos deben ganarse. Que los contenidos de la educación se adapten al siglo XXI.

Que todos los maestros sean universitarios. Que los miembros de la policía también sean universitarios y se les haga cada año un examen psicológico para que puedan hacer uso de las armas que portan. Que la gente se sienta protegida por ellos.

Que la guerra contra el narcotráfico se vaya ganando, en serio. Que los empresarios además de ganar dinero, que es lo lógico, piensen en los que trabajan para sostener la empresa y sean justos con ellos.

 Que los gremialistas no se hagan millonarios a costa de sus sindicados. Que dejen de amenazar a los gobiernos. Que los sindicatos sean sindicatos por empresa, no por rubro. No todas las industrias o empresas tienen las mismas ganancias o pérdidas.

Que entre todos tomemos conciencia del cuidado ambiental, empezando por pequeñas cosas como separar la basura y no tirar objetos en la calle. Que el gobierno se haga cargo de que el planeta “no tiene plan B” (Obama lo dijo en París), y es cierto. El cambio climático es palpable.

Que los políticos pongan el bien común aristotélico por delante de sus pequeños intereses. Que se olviden de hacer chicanas cuando el país necesita una ley imprescindible para mejorar la calidad de vida de la gente.

Y tantas cosas más… Soñar es gratis, desear utopías improbables, también. De acuerdo al diccionario, utopía es: proyecto, deseo o plan beneficioso para la comunidad que es muy improbable que suceda. La definición lo dice. Pero, aunque sea improbable, las utopías existen y puede que algún día se hagan realidad. Que algo de estas utopías se realice en el 2019.


*Utopía: nombre de una isla imaginaria donde se desarrolla un gobierno perfecto y reina la paz y la cordialidad. Escrita en latín, publicado en los Países Bajos (tiempo de los Habsburgo) en 1516, por Tomás Moro (Santo Tomás Moro para la Iglesia Católica). 

viernes, 14 de diciembre de 2018

VOCACIÓN SUICIDA


VOCACIÓN SUICIDA

Malú Kikuchi  (14/12/2018)


La Argentina es un país privilegiado…con vocación suicida. La naturaleza ha sido pródiga en dones de todo tipo, largos de enumerar. Un enorme territorio, el 8º del planeta y una larguísima costa marítima, rica en pesca.

Hay que sumarle la pampa húmeda, con capacidad para alimentar a 400, quizás 600 millones de personas, lo que dio nacimiento a una formidable y moderna agro industria. Y la minería, Veladero ha sido la más importante mina de oro del mundo.  Además del litio, indispensable para las baterías.

Todos los climas, montañas, serranías, llanuras, ríos poderosos, lagos profundos, trópico y hielo. Una maravillosa Constitución Nacional, que pocos conocen y a la que casi nadie respeta, por ignorancia o por decisiones personales. La Argentina tuvo una educación pública.

La tiene, pero antes era de excelencia, único rasero socio económico conocido hasta el día de hoy. Hoy esa educación no sólo no es de excelencia, es mala; pobre en conocimientos, fuera del siglo XXI. Y los chicos tienen clase, si los gremios de la educación lo permiten.

La Argentina fue grande cuando su educación pública era deslumbrante. Fue. La Argentina fue grande cuando su salud pública tuvo tecnología y conocimientos de punta. Fue. La Argentina tuvo premios Nobel en ciencias, único país de Latinoamérica en tenerlos. Fue un ejemplo.

Tuvo una infraestructura memorable. Puertos, kilómetros de redes férreas, teléfonos, aviones y aeropuertos, el cine argentino fue pionero en la región. Los escritores argentinos, así como los pintores, los pensadores se hicieron internacionales. Florecieron las editoriales y las galerías.

La Argentina hasta 1943 y desde finales del siglo XIX, estuvo entre los 10 países más desarrollados del mundo. Una esperanza para los migrantes que ayudaron a consolidar la nación. Un país serio, confiable, con una economía sólida, con horizontes amplios, en todos los sentidos.

Todo eso, fue. Y es triste hablar de un pasado glorioso cuando el presente es triste, angustioso y gris. Hoy, el poder judicial, en su mayoría, da vergüenza. Hay excepciones, desgraciadamente pocas. La corrupción es inherente al ser humano, está en todos partes, pero acá hay impunidad.

Mientras no haya Justicia en el poder judicial, el futuro no existe. Hoy, el poder legislativo es tan partidario que no tiene tiempo para pensar en la Patria. Defender “la quintita” propia y el pedacito de poder que tienen, es más importante que votar las leyes que se necesitan para volver a ser.

Hoy, el ejecutivo con una voracidad desconocida y feroz, destruye la actividad privada para mantener un improductivo gasto público, a través de impuestos exorbitantes. Y hasta ahora no ha sido capaz de mostrar un plan de desarrollo a largo plazo, sin el cual nunca se volverá a ser.

Hoy, los gremios manejan todo, son el verdadero 4º poder sin el cual no se puede hacer nada. Paralizan el país, exigen, aprietan, evaden la justicia y también parecen manejarla. Amenazan y se les teme. Sin gremios ocupados sólo del bienestar de sus afiliados, nunca se volverá a ser.

¿Cómo se permitió llegar a este punto? A pesar del éxito del G20, la pobreza está en el 33%, la inflación anual llegará al 47%, los posibles inversores no llegan porque temen que vuelva el populismo de CFK y rompa todos los contratos firmados, algo que sin lugar a dudas, haría.

Parafraseando al tango *Cuesta abajo, la Argentina podría decir: “si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”, la respuesta no es simple. El populismo es en gran parte el responsable, pero este fue siempre votado, preferido, elegido.

El pueblo argentino en su mayoría, una mayoría que gana elecciones y cuando no las gana no deja gobernar a los que le ganaron, tiene vocación  suicida. Los que no votan populismo y se dedican a demoler a los gobiernos que intentan no serlo, también tiene vocación suicida.

Para evitarlo, si es que todavía es posible y con la esperanza de estar a tiempo para revertir la situación, existe el Centro de Ayuda al Suicida, CAS, (11) 5275 1135. “Su llamado es personal, confidencial y anónimo”.

Para volver a ser, hay que olvidar la vocación suicida que nos aqueja.


*Cuesta abajo”: tango, 1934, música Carlos Gardel, letra Alfredo Le Pera.  

viernes, 7 de diciembre de 2018

SEGURIDAD Y DDHH ¿PARA QUIENES?


SEGURIDAD Y DDHH ¿PARA QUIENES?

(Malú Kikuchi  (7/12/2018)


La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó un Protocolo de Seguridad en el cual se permitiría a las Fuerzas de Seguridad usar sus armas de fuego si la ocasión así lo ameritase. Sin gritar “Alto”. Y la reacción fue digna de Zaffaroni: ¡Qué horror, van a poder usar sus armas!

Antes que nada, las Fuerza de Seguridad, la que fuere, debe anunciarse y si el delincuente huye, debe gritar, “¡Alto!”. Es lo que corresponde y un juez así lo exigiría.  Las FFSS portan un arma de fuego, ¿la tienen de adorno, forman parte del uniforme, no pueden usarla llegado el caso? NO.

En la Argentina democrática, post Alfonsín, al que le se le debe que haya acabado con el partido militar y se sufre que haya hecho confundir autoridad con autoritarismo, matar policías parece lícito. Les disparan como si fuera un juego, ellos no pueden responder, eso sería “fascismo”.

Todos se quejan de la inseguridad reinante. Que es una realidad. Existen delitos como la trata de personas, la venta ilegal de armas, el narco tráfico. Delitos pesados. A esos delitos se le suman los de siempre, robos, arrebatos, asaltos, secuestros, violaciones, pedofilia, homicidios.

Las FFSS están inermes ante todo esto. Los delincuentes usan armas caseras, armas sofisticadas, armas blancas, armas de fuego. Las FFSS, llevan armas de fuego, no pueden usarlas. Se supone que las FFSS, como lo indica su nombre, están para servir y dar seguridad a las personas.

Se supone que deberían estar al servicio de las personas y defenderlas de los delincuentes. No pueden hacerlo, el uso de las armas les está prohibido, y los delincuentes lo saben. También saben que fiscales y jueces serán comprensivos con ellos. Zaffaroni hizo un fatídico trabajo.

Las facultades de derecho del país lo estudiaron, creyeron sus teorías: el delincuente es víctima de una sociedad injusta, los robados, asaltados, secuestrados, violados o asesinados, son responsables de haber llevado al delincuente a delinquir. La víctima se convierte en victimario.

Las FFSS no pueden usar sus armas para defender a los ciudadanos, lo que debería ser su prioridad absoluta. Si intentan mantener el orden ante una manifestación, se habla de “feroz represión”. Mientras el ciudadano no puede circular, es robado, o secuestrado, o simplemente asesinado.

Lilita Carrió, desconcertante como siempre, ante el protocolo de Patricia Bullrich (con la que tiene diferencias desde que ésta abandonó la Coalición Cívica que fundaron en 2007) dijo: “Hiere los DDHH”. La pregunta es, ¿hiere los DDHH de quienes? Hasta ahora los heridos son los ciudadanos.

Agregó Lilita, creando más desconcierto, “Al humanismo no se renuncia por demagogia electoral”. La pegunta es, ¿al humanismo se renuncia dejando matar gente trabajadora, dejando que la roben, la violen, la secuestren, la maten (incluyendo a las FFSS) en nombre del “humanismo?”

¿Se pretende defender a quienes, a los delincuentes como hasta ahora o ya llegó el tiempo de defender a la gente que está tan inerme como las FFSS? Y las FFSS no pueden usar las armas que tienen y son pagadas por los impuestos de la gente que paga impuestos, a la que no puede defender.

Se trataría de un Protocolo Federal al que pueden o no asociarse las provincias. Fuerzas federales hay en todas ellas. Y las FFSS necesitan recibir una educación de alto nivel que garantice, en lo posible, el uso racional de las armas de fuego, sólo cuando fuera imprescindible.

Hay que hacer memoria. La Argentina forma parte de las Naciones Unidas. “La ONU, en el 8º Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, en La Habana (27/8-7/9/1990), adoptó los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley”. Leer los artículos 25 y 26.

La ministra Patricia Bullrich debería hacerle llegar el Protocolo a los honorables congresistas, los propios y los de la oposición, a los opinólogos,  al poder judicial y a todos los que gritan “dejemos que los delincuentes actúen libremente, no intervengan, nosotros somos  democráticos”.

A los ciudadanos de a pie, a los que sufren a diario los desmanes de los delincuentes, a esos no es necesario hacerles llegar el Protocolo de la ministra, con que les llegue la seguridad que tanto necesitan, basta. Y es urgente que eso suceda.