INSÓLITAS ALIANZAS Y … NO TANTO
Malú Kikuchi (14/6/2019)
Casi
sobre la hora límite, se inscribieron las alianzas para las PASO.
No llamaron la atención porque eran cantadas, llamaron la atención
porque algunas tardaron en materializarse. Es más, la alianza Fernández al
cuadrado con el Frente Renovador, existe, no se sabe en qué consiste.
Sergio
Massa ¿habrá regalado su futuro político en pos de conseguir qué? Hasta ahora
no se sabe. Aliar el Frente Renovador (ya sin Lavagna ni Graciela Camaño) al
kirchnerismo, por la posibilidad de conseguir, depende de los votantes, la
intendencia del Tigre para Malena Galmarini, es un precio demasiado pobre. ¿O
habrá otro precio desconocido?
Eligieron un nombre con una
cierta propensión autoritaria: Frente “de” Todos, como si todos los argentinos
estuviésemos involucrados en ese Frente. Hubiese sido más gramatical y
conceptualmente correcto, usar la preposición “con”, invitando a los
votantes a elegir esa opción.
Los demás nombres son racionales.
Juntos por el Cambio habla del PRO, la UCR, la CC-ARI, Demócratas Progresistas,
Conservadores y…Miguel Ángel Pichetto, valioso agregado a la fórmula
presidencial, signo de aceptación del peronismo como una realidad insoslayable
de la política argentina.
La suma de Roberto Lavagna y Juan
Manuel Urtubey en Consenso Federal 2030, adiciona los nombres de los partidos
con la idea de políticas a largo plazo. Algo que se necesita. La unión de todos
los partidos de izquierda, rematados con la palabra Unidad, sugieren una fuerza
que les hacía falta.
José Luis Espert, aliado a la UCEDÉ
(González Mansilla) y el partido Unir de Alberto Asseff, se inscribieron como
el Frente Despertar. También lo hizo Gómez Centurión; el “Pocho” Romero Feris y
varios más. Se debería agradecer el hecho auspicioso de poder votar y elegir en
libertad.
Es curios comprobar que en los tres
Frentes que más chances tienen en las elecciones, hay peronistas. El más
peronista de los frentes es el del Consenso Federal 2030, tanto Lavagna como
Urtubey siempre lo fueron. Le sigue el Juntos por el Cambio, Pichetto fue, es y
será peronista.
En tercer lugar el Frente de Todos. Los
Fernández fueron Frente para la Victoria y después de perder en 2015 ante
Cambiemos, CFK inventó Unidad Ciudadana. Alberto F. fue Frente Renovador, lo
mismo que Massa. Hoy todos son peronistas. “Un recuerdo que trae votos” (Julio
Barbaro).
En la provincia de Buenos Aires la gobernadora
María Eugenia Vidal repite fórmula y lleva como vice al radical Daniel
Salvador. También repite fórmula en CABA
Horacio Rodriguez Larreta con el peronista Diego Santilli, e incorpora al
socialista Roy Cortina. Cambiemos abre el juego.
El problema es que en estas
elecciones no se elegirá un presidente y su vice, diputados, senadores,
gobernadores (los que no desdoblaron la elección) e intendentes, se optará por
un sistema de vida. Por un lado la República y por el otro un viaje sin escalas
hacia el desastre venezolano.
Hace más de 2.000 años, Polibio,
historiador griego (200 aC / 118 aC) y gran estudioso de las formas de
gobierno, las había dividido en seis fases cíclicas. Primero la monarquía,
forma de gobierno ejercida por una persona, por lo general hereditaria y
vitalicia. Segunda fase: la monarquía tenía grandes probabilidades de
convertirse en un gobierno absoluto, en una tiranía.
En la tercera fase se optaba por un
gobierno aristocrático (aristos = los mejores y cratos = poder). Pero en la
cuarta fase, la aristocracia se convertía en oligarquía (oligo = clase social
privilegiada), una mala forma de gobierno, porque llegaban al poder sin
méritos, al contrario de los aristos.
En la quinta fase aparecía la
democracia (demos = pueblo), pero esta caía en la sexta fase, en la oclocracia
(chlo = multitud) o sea el poder de las muchedumbres. Lo que hoy conocemos como
populismo, que no importa que sea de derecha o de izquierda, tiene el vicio de
empobrecer un país.
Los seres humanos siguen siendo los
mismos, sólo cambian los sistemas y la tecnología. Pero son siempre los mismos.
Nacen, se procrean, mueren. Tiene miedos, alegrías, angustias y esperanzas.
Aciertan y se equivocan. A veces pueden remediar sus errores y otras, no.
Polibio lo sabía. No conoció las computadoras ni los drones, pero conocía el
peligro del populismo.
Nosotros tenemos toda la tecnología a nuestro alcance, la
tenemos en un teléfono. Deberíamos saber lo que sabía Polibio. El populismo es
muy peligroso y el precio que se paga por él es demasiado caro. Caro en el
aumento de la pobreza y caro en ajustes posteriores.
¡Populismo nunca más!
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