EL PODER, ¿ESTÁ EN LA ROSADA O EN EL
INSTITUTO PATRIA?
Malú Kikuchi (18/7/2020)
Era inevitable que sucediera. Sucedió.
Empezó la guerra abierta entre el Alberto F y su Vice. Desde que CFK eligió su
candidato presidencial, hecho inédito en la historia y se propuso ella como
candidata a Vice, teniendo ambos explicitas diferencias, la semilla de la
discordia estaba presente.
Desde el comienzo se notó la tensión
entre ellos. Los gestos desagradables de CFK hablando con Alberto el día de la
asunción, los discursos y los tuits de ella, siempre enviando algún pinchazo
para Alberto. Discusiones hacia dentro del espacio político del Frente. A
partir del 9 de julio todo cambió.
CFK se sacó la careta y declaró la
guerra abiertamente. Pareciera que Alberto y su Vice tienen visiones
antagónicas de la patria posible. CFK sueña con un chavismo populista de
izquierda (para el pueblo, no para ella y su gente) y el Presidente no se sabe
qué quiere ni hacia dónde va.
CFK elogiando el artículo de Alfredo
Zaia de Página 12 el lunes 13/7, que describía una economía cerrada y criticaba
al empresariado que acompañó al Presidente el 9/7. Mamá Hebe, lenguaraz de CFK, con más
brutalidad acusó al empresariado de crímenes inexistentes.
Luego del encuentro virtual de Alberto
con legisladores de Juntos por el Cambio, Mamá Hebe lo acusó de dormir con
cocodrilos. Se sumó Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, por regla general
con más sentido común que Mamá Hebe. Y De Vido. Al que le contestó Juan
Grabois.
Un verdadero conventillo de sainete
barato, que debería avergonzar a sus actores principales. Pero todo esto
desgasta, roe la figura presidencial. Alberto quiere conciliar, es parte de su
personalidad, su Vice no lo tolera. Una vez más el pueblo argentino en medio de
una interna peronista.
Hechos que recuerden los 70, no son
buenos p
ara nadie. Ezeiza, el desencuentro entre el PJ ortodoxo y el PJ de
extrema izquierda, Perón debiendo aterrizar en otro aeropuerto y todo lo que
siguió, y como terminó, aterroriza. Los
tiempos no son los mismos… por ahora.
Alberto no es el Perón de 1973 y
Cristina no es montonera, pudo serlo en su momento y no lo fue, pero la
situación es complicada. La Vice está esmerilando con lima de metal grueso a su
Presidente. La pregunta es, ¿sólo le
está “marcando la cancha” o pretende reemplazarlo?
La contestación vendrá con el tiempo.
Andrés Malamud, analista político, profesor en la universidad de Lisboa,
Portugal, sostiene que las personalidades de ambos funcionarios son muy, pero
muy distintas. Cuando CFK choca, redobla la apuesta, cuando AF choca,
retrocede.
Y basta recordar el caso Vicentín, donde
el Presidente dio marcha atrás, aunque la senadora Fernández Sagasti, muy
kirchnerista, sostiene que la expropiación sigue en pie. AF se animó a que la
Argentina criticara a Venezuela en la ONU y le pidió que tuvieran elecciones
transparentes.
Tuvo que dar marcha atrás. Con el Memorándum
con Irán fue igual. Tuvo que dar explicaciones ante la comunidad judía. Lo que
criticó duramente fuera del gobierno, no puede hacerlo desde SU gobierno. Malamud
dice que el ataque K responde a que van perdiendo terreno. Es difícil de creer.
Y sostiene que seguirán los fuegos
artificiales y algunos incendios reales, pero que no van a romper su sociedad
porque se necesitan. Ella perdió las
elecciones del 2013, 2015, 2017, sabe
que sola no llega. Alberto sin los K, electoralmente no existe. Con el correr
de los días eso puede cambiar.
Depende de muchas cosas. La eterna
cuarentena que fue un éxito al comienzo, hoy tiene que explicarla detalladamente
para que sea aceptada. Depende del resultado. La economía en terapia intensiva
y con malas perspectivas. La negociación de la deuda (9º default) en “stabd
by”.
Suponiendo que todo salga bien para
Alberto F y la Argentina pueda tener un respiro. Aun así, la pregunta será la
misma: el poder, ¿estará en la Rosada o en el Instituto Patria? Se aceptan
sugerencias.
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