GRABOIS,
ARTIGAS, LA CÁMPORA Y LA LEY
Malú
Kikuchi (31/10/2020)
A
una Argentina fuertemente convulsionada por una “cuareterna” que suma muertos y
una crisis económica feroz, se le vienen sumando las ilegales usurpaciones de
tierras, mal llamada “tomas”, cuestión de dulcificar, a través del uso
incorrecto del lenguaje, la realidad.
En
esta realidad un actor de crucial importancia es Juan Grabois. ¿Quién es Juan
Grabois? Nació hace 37 años en San Isidro, hijo de la médica pediatra Olga
Gismondi (Universidad Católica de Córdoba) y de Roberto “Pajarito” Grabois,
dirigente estudiantil PJ, autor de un libro de Memorias.
Juan,
educado en el Godspell, licenciado en ciencias sociales de la Universidad de
Quilmes y como abogado de la UBA, referente social, entre 2014/16 vivió en San
Martín de los Andes donde defendió la causa mapuche. Referente del Movimiento
de Trabajadores Excluidos, MTE y de la Confederación de Trabajadores de la
Economía Popular, CTEP.
Cree
en la reforma agraria y para sustentarla, lo hace con la necesidad habitacional
de la gente. Y se cuelga de José Gervasio de Artigas, héroe nacional uruguayo,
liberal y republicano, coautor del “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental
para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados”, 1815. Escribió *Halperín
Donghi:
“El
reglamento se debe a una iniciativa del cabildo; tuvo un papel dominante la
opinión de los hacendados (impacientes porque no cesaban las exacciones
arbitrarias de ganados por parte de las fuerzas militares artiguistas en la campaña”[…]
“los terrenos disponibles; y los sujetos dignos
de esta gracia”.
Las tierras no se usurpaban, se daban.
El Reglamento tiene 29 artículos y establece que si en 2 meses los beneficiarios
de un terreno no lo habían trabajado, se les quitaba. La idea era poblar el
campo, imponer el orden, asegurar la autoridad y una administración civil. Otra
vez se retuerce el lenguaje, no es una reforma agraria, es una política de
estado. Grabois manipula a Artigas.
Un plan ordenado de granjas, conseguir que las personas salgan de la
extrema pobreza que hoy campea por el conurbano, con terrenos otorgados por los
gobiernos provinciales a pagar en x cantidad de años, con instrumentos de
cultivo y semillas (después de haberles enseñado a cultivar dónde, cómo y qué),
es una muy buena idea. Eso sí es Artigas.
Pero no una forzada y delictual usurpación de tierras. Dirigidas estas por
Grabois, con un gobierno nacional y algunos provinciales, que permiten, incitan
y miran hacia otro lado, mientras se suceden
en la mitad del país. El 29/10, dos usurpaciones emblemáticas, Guernica
y el campo de los Etchevehre fueron desalojados y restituidos a sus legítimos
dueños.
Pero Grabois sigue siendo un problema cada vez más serio. Aumenta la
pobreza y al mismo tiempo aumenta la influencia de Grabois como el defensor de los
pobres. Además lo asocian con el Papa, sea cierto o no. Y trabaja con el
gobierno de los Fernández. A la Cámpora no le gusta nada.
La Cámpora, el ala izquierda del kirchnerismo, se siente amenazada por
Grabois. Este último le “roba” simpatizantes todos los días. Empeora la
situación económica, hay más pobres; esos pobres se suman a Grabois abandonando
La Cámpora que no se juega a solucionarles las carencias.
Finalmente, y quizás con el asombro del planeta, muchos argentinos con
alegría festejaron los desalojos. El de Guernica debería haber tenido funcionarios
del ministerio de desarrollo social y el de hábitat esperando a las personas
desalojadas para encontrarles una solución a sus problemas.
El delito debería juzgarse cuando los chicos estuvieran a resguardo. Pero
eso el gobierno progre no lo hizo. Ni delito ni solución. Todo a fojas cero. Y
además de este disparate, ¿qué se festejó? Que el gobierno avalara el cumplimiento de la Constitución
Nacional, artículo 17 y del Código Penal, artículo 181. ¡El gobierno se puso a
derecho! ¡Aleluya!
Solo un país tan desquiciado como la Argentina puede juntar a Grabois con
Artigas, con La Cámpora y con la ley.
*Halperín Donghi, historiador argentino, 1926-2014.