CRISTINA QUIERE LAS CAJAS DE LA SALUD
Malú Kikuchi (18/5/2021)
Cristina va por todo. Rápido. La Justicia se le acerca. Necesita con urgencia cambiar el
poder judicial y sobre todo el Ministerio Público. Quiere manejar a los
fiscales y al Procurador General de la Nación.
Si lo consigue, se acabó la República.
Como dice el diputado Waldo Wolf (JxC), el gobierno, léase Cristina, “está
a 7 votos en diputados de conseguirlo”. La ley tiene media sanción del Senado,
igual sucede con la ley de superpoderes. Hasta ahora, se pudo frenar en diputados.
Pero para hacer política se necesita plata, decía Néstor K. Mucha. La
inflación es feroz, lo mismo que la pobreza. Las cajas se agotan, la emisión
debería tener un límite. ¿Entonces? Cris es creativa, y las obras sociales y
las prepagas, ¿por qué no?
Lunes 14/6, La Plata, acompañada por el gobernador Kicillof, insistió
contra el sistema de salud. Y fue el lanzamiento de la campaña 2021. Ya lo
había dicho anteriormente. Divide la salud en tres, entre la pública, las obras
sociales y las prepagas.
El pretexto es que funcionarían mejor si estuvieran reunidas bajo la
tutela del Estado. El Estado es un pésimo administrador. Todos conocemos
personas que deben estar a las 4hs de la mañana para sacar un Nº que les
permita ser atendidos en un hospital público. Aclarando que médicos y
enfermeros son de 1ª.
Eso no sucede en las obras sociales (inverosímil “regalo” del General
Onganía, al PJ a través de los gremios, con la ley Nº 18.610 del 2/1970), ni en
las prepagas. Y en estos tiempos de pandemia, los tres sistemas han colaborado
entre sí.
Ante la falta de camas de terapia intensiva las prepagas han enviado
pacientes a hospitales públicos y a sanatorios de obras sociales y estas a su
vez lo han hecho con las prepagas y el servicio público lo ha hecho con prepagas
y obras sociales.
Los médico, antes de ejercer su profesión deben hacer el llamado
*”juramento hipocrático”, un concepto ético que los obliga a ante poner la vida
del paciente a cualquier otro interés. Salvo escasísimas excepciones, todos los
médicos lo cumplen.
¿Entonces, por qué? Porque tanto las obras sociales como las prepagas
deberían generar mucho dinero, que Cris necesita para la campaña. Nada le
basta. Busca un poder omnímodo y que “todo” esté bajo su control. Lo privado ajeno, la descoloca.
Si el privado ajeno es de amigos, como Hugo Sigman o Marcelo Figueiras
(laboratorios de Astra-Zeneca y Sputnik V), esos están permitidos. Aunque
algunos laboratorios han subido hasta el 1.300% insumos imprescindibles en
terapia contra el covid.
A las prepagas las están ahogando. No les permiten aumentos y la
inflación, en particular con los remedios, es demencial. Desfinanciar las
prepagas es una forma criminal para estatizarlas de hecho. Si fuese a derecho,
necesitaría una ley del congreso.
Pero probablemente esa ley no pasaría por diputados. Hoy. Depende del
resultado de las legislativas. Si el FdT consigue mantener los diputados que
tiene y sumarle 7 más (y los aliados), todo es posible. Un ministerio Público
manejado por Cris, todo el poder judicial manejado por Cris, toda la salud
manejada por Cris, y Argentina financiada por China.
Lo dijo Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Salud (UAS)
: “no vienen por nosotros, vienen por Ustedes”.
*Hipócrates,
griego, padre de la medicina occidental, tiempo de Pericles. Su legado fue el
“Juramento hipocrático”, concepto ético que juran los médicos para ejercer. En
1948, La Declaración de Ginebra, adoptada por la Asociación Médica Mundial, lo
universalizó. Resumen:
“Como
miembro de la profesión médica, prometo,
Dedicar mi vida al servicio
de la humanidad;
Velar ante todo por la salud y el bienestar de
mis pacientes;
Velar
con el máximo respeto por la vida humana;
Hago esta promesa
solemne y libremente, empeñando mi honor.”
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