MENOS EDUCACIÓN, MÁS POBREZA
Malú Kikuchi (28/2/2019)
La Confederación de Trabajadores de la Educación, CETERA, gremio nacional
y mayoritario, decidió que las clases no comenzarán, declarando una huelga por 72 horas, el miércoles 6,
jueves 7 y viernes 8 de marzo. El ministro de educación Alejandro Finochiaro,
aumentó el salario mínimo inicial docente a $15.000. No basta.
Estos gremialistas discuten y hacen huelgas feroces en nombre de… sus
sueldos. No se ha visto que lo hagan para cambiar el sistema educativo, que es
viejo. Se basa en la memoria y no se adapta a las necesidades del mundo que
viene, que ya está entre nosotros. Lo poco que se estudia hoy, no va a servir
mañana. Todo cambia, la escasa educación argentina, no.
Estos gremialistas cacarean sobre la justicia social que se basa en
erradicar la pobreza. La ecuación es simple, menos educación = más pobreza. Los
que más necesitan una escuela pública de excelencia son los chicos pobres,
aquellos cuyos padres no pueden pagar escuelas privadas (que pueden ser malas,
pero los docentes no hacen huelga).
Estos gremialistas no luchan por una educación mejor, no les importa. La
educación es el imprescindible instrumento para conseguir empleo. Los empleos
de hoy no serán los del futuro. Las máquinas dotadas de inteligencia artificial
harán la mayoría de los trabajos que se hacen ahora.
Estos gremialistas, todos ellos militantes políticos, en vez de
preocuparse por la educación, hacen política; pero no política educativa,
política partidaria. Por eso las huelgas de estos gremialistas son más feroces
y frecuentes, cuando los gobiernos de turno no responden a su militancia
política. ¡Pobres alumnos, pobre Argentina!
Sobrevivirán los trabajos creativos, los innovadores en tecnología, los
que impliquen al comercio internacional. Para eso los chicos deben aprender
idiomas, deben viajar en intercambios estudiantiles para conocer de cerca como
viven otras sociedades. El planeta se globaliza, a pesar de algunos
trasnochados nacionalismos mal entendidos, hay que preparar a los chicos para
esta globalización, que ya existe. Hoy Argentina no puede competir.
Los chicos deben aprender a pensar, aprender a aprender y los docentes
también. La enseñanza enciclopédica no va más. Casi todas las preguntas tienen
respuestas en Google. Hay que enseñarles a preguntar. Pocas materias aprendidas
en profundidad. Volver al sistema de premios y castigos. El que no sabe, no
pasa. No es cuestión de estadística, se necesitarán estudiantes que entendieron
lo que se les enseñó.
Por primera vez el G20 incluyó el tema educación y trabajo. Vale la pena
leerlo. Declaración de Líderes
del G20 (2018) “Construyendo consenso para un desarrollo equitativo y
sostenible”. Punto 8:
“El acceso a la educación es un derecho humano y un
área estratégica de políticas públicas para el desarrollo de sociedades más
inclusivas, prósperas y pacíficas. Resaltamos la importancia de la
educación de las niñas. A fin de preparar a nuestros ciudadanos para que puedan
aprovechar los beneficios de las innovaciones tecnológicas y sociales,
promoveremos la coordinación entre políticas de empleo y educación equitativa
de calidad, de modo que podamos elaborar estrategias integrales que promuevan
competencias claves, como aprender a aprender, habilidades básicas y digitales,
con una perspectiva de aprendizaje para toda la vida, desde la primera
infancia. Reconocemos la necesidad de promover innovadoras estrategias
pedagógicas y métodos basados en la evidencia para todos los niveles
educativos”.
La Academia Nacional de Educación agregó: “Confiemos
en que se adopten las medidas necesarias para concretar tan auspiciosos
propósitos compartidos”.
Ante las reiteradas huelgas docentes, que están
demoliendo la educación en el país, con los resultados que están a la vista, es
tiempo de preguntarse con seriedad - y asusta escribirlo porque lo hace más
real – si los gremialistas de la educación, ¿quieren que haya más chicos
pobres?
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