EL BRETE EN EL QUE ESTÁN ALBERTO Y SU
GOBIERNO
Malú Kikuchi (29/2/2020)
El brete es un pasadizo incómodo,
estrecho y corto, entre dos estacas, que es usado para hacer pasar al ganado que se
quiere cambiar de lugar. Simbólicamente se refiere a estar en un apriete del
que resulta difícil salir. Ese es el lugar en que se encuentra el gobierno de
Alberto F y… Argentina.
Pareciera, daría la sensación que
este gobierno quiere pagar las deudas contraídas con los bonistas privados y
con el FMI. No importa quién contrajo las deudas, el Estado de una nación tiene
continuidad en el tiempo. Y las deudas, sean las que fueren, deben pagarse.
No se conocen las propuestas que
quizás esté haciendo el gobierno a sus acreedores. Suponemos que en particular
con el FMI querrán empezar a pagar cuando al país le vaya mejor, mínimo de acá
a tres años, llegando hasta diez. Creemos, porque nadie dice nada concreto al
respecto.
El FMI aclara que se está “hablando”,
no usa “negociando”. Eso es malo. Porque Argentina está amesetada, mejor dicho,
económicamente paralizada. Se supone que todo empezará a moverse una vez que se
solucione el tema de la deuda. Por ahora no se soluciona, se “conversa”.
Con palabras y sin propuestas concretas,
es imposible llegar a buen puerto.
Si el gobierno le dice a los
acreedores que vamos a empezar a pagar cuando el país comience a crecer, los
acreedores preguntarán y “¿cómo piensan crecer?” El gobierno contestará, “se lo
decimos cuando sepamos cómo vamos a pagar”. Los acreedores insistirán, “¿qué
plan económico tienen?” El gobierno responderá, “no tenemos presupuesto”.
“No tenemos presupuesto porque no
sabemos cómo vamos a pagar la deuda”. Los acreedores pensarán, “nos están
tomando el pelo, lo que quieren es defaultear”. Y Alberto F y Martín Guzmán no
quieren defaultear; CFK, sí. Tiene sus propias ideas y negocios con China y
Rusia.
Pero lo que está haciendo Argentina,
además de perder el tiempo, el del país paralizado y el de los acreedores, que
de alguna manera van a cobrar, le guste o le disguste a quien fuere, es un
inútil sofisma sin salida. Los sinónimos más amables de sofisma son: falacia,
argucia, engaño, falsedad.
El sofismo fue un invento de los
filósofos griegos del siglo V (a C), desacreditado por Platón y Aristóteles. Un
sofisma es una premisa absoluta que incita al engaño. “NN dice que todos los
brujos son mentirosos. NN es brujo, entonces es mentiroso. Si NN miente, los brujos
no son mentirosos. Si los brujos no son mentirosos, NN no lo es. Si NN no es
mentiroso, todos los brujos son mentirosos y así hasta el infinito.
Describe la situación del gobierno
argentino ante la deuda. Queremos pagar cuando hayamos crecido. No podemos
decirles cómo vamos a crecer porque no tenemos presupuesto (ni plan económico,
eso no se dice). Pero sin un plan sólido y plazos de pago, no hay negociación
posible. Y seguimos dando vueltas en una calesita vieja y desvencijada.
No es serio y las deudas son serias.
Como nos hemos convertido en el país del alambrecito (Ignaciacio Copani, “Lo
atamo con alambre”), creemos que el resto del planeta se maneja como nosotros.
Pero los países serios se manejan con seriedad. Algo que nos falta y no se
compra, se educa.
Deberíamos asegurarle a los
acreedores que no va
mos a gastar más de lo que producimos. Si por algún milagro
desaparecieran todas nuestras deudas y pudiéramos empezar de cero, al día
siguiente volveríamos a endeudarnos, porque gastamos más de lo que entra.
Existe una ley física que impide
sacar más agua de un balde de la que entra en el mismo. Argentina está
acostumbrada a hacerlo. Se financia con deudas que contrae a lo largo de los
años, con todos los gobiernos. Con todos. Y el nuevo gobierno se debe hacer
cargo de las deudas del anterior.
Otra vez, la eterna calesita, sin la
alegría de la infancia. La música sale de discos rayados. Está despintada, con
los caballitos sin cabeza y los avioncitos sin alas. Y el calesitero no nos
deja agarrar la sortija. Malo, es un hombre muy malo el calesitero. Tan malo
como las deudas impagas.